El adelanto electoral se ha colado en mitad del conflicto de Alcoa y, desde el punto de vista de los 700 trabajadores afectados por el ERE (expediente de regulación de empleo) de la aluminera en A Coruña y Avilés, no ha sido para bien. En un primer momento, la lucha de la plantilla por salvar las fábricas de aluminio entró en campaña con fuerza -con apoyo manifiesto de los principales partidos- y consiguió impulsar la tramitación del estatuto de la industria electrointensiva, pero a escasos días para los comicios no hay garantías de que esta regulación para rebajar y estabilizar la factura de la luz de Alcoa y otras grandes consumidoras eléctricas llegue a término. Fuentes oficiales del Ministerio de Industria aseguraron desconocer ayer si el estatuto irá al Consejo de Ministros de mañana, como había anunciado el departamento. La plantilla aluminera coruñesa manifiesta su inquietud por la falta de información y la incertidumbre respecto al mercado eléctrico, que pone el riesgo el proceso de venta de las plantas.

"No sabemos nada de si se va a aprobar o no se va a aprobar el estatuto. Nos sentimos mosqueados porque la falta de información en los últimos 16 días es palpable", lamenta el presidente del comité de empresa de Alcoa en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, quien asegura que la plantilla está "deseando que pase el domingo para que haya un Gobierno y se centre en resolver el problema rápido".

Por todo ello, la plantilla retoma mañana las movilizaciones con una manifestación que saldrá a las seis de la tarde de la fábrica en dirección a la Delegación del Gobier no. En la planta de Cervo, Lugo, también habrá una protesta.