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Cataluña releva a Galicia como segundo destino de los trabajadores portugueses emigrados tras Madrid

La ocupación de empleados lusos en la región creció un 4,7% en 2017, la mitad que la media, y se concentra en el sector servicios

Cataluña releva a Galicia como segundo destino de los trabajadores portugueses emigrados tras Madrid

La proximidad no es lo que más pesa cuando toca hacer las maletas para conseguir un trabajo. Si lo fuera, la mayoría de los portugueses que pasan la frontera irían a Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía. Y no. De las cuatro, solo la comunidad gallega se sitúa históricamente entre los grandes destinos de la emigración lusa. Hasta 2008, de hecho, fue el territorio español que acogía más mano de obra del país vecino. La crisis en general y la paralización del ladrillo -una actividad con gran presencia del colectivo- en particular rompieron con la tendencia creciente en el flujo de entrada en la región desde el otro lado del Miño y durante la doble recesión el número de portugueses de alta a la Seguridad Social en Galicia se desplomó un 41%, hasta marcar un mínimo histórico de 6.413 afiliados en 2013. La recuperación de la economía alentó también el incremento del saldo migratorio, pero ya sin el mismo vigor que en la etapa de bonanza por la mejora de la actividad también en el norte de Portugal y porque otros puntos de España son hoy más atractivos por su mayor ritmo en la creación de empleo. Primero fue Madrid la que relevó a Galicia del primer puesto en las salidas de los ocupados lusos y ahora Cataluña la sustituye en el segundo lugar.

El número de portugueses que estaban trabajando en España al cierre de 2017 alcanzó los 46.881 tras una subida del 9,4% respecto al ejercicio anterior (42.856), según el balance sobre el mercado de trabajo y la movilidad laboral entre España y Portugal que acaba de publicar el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe). Es el mayor volumen desde 2010. Aún así, en comparación con 2008, son un 27% (17.602 personas) menos. El 21,2% (9.956) estaba en Madrid, donde el incremento anual fue del 15,9%. Otro 15,8% (7.400) estaba empleado en Cataluña, con un alza del 12%. Galicia baja al tercer lugar entre los destinos de los emigrantes portugueses: 7.090 afiliados a la Seguridad Social (15,1%), tras un incremento del 4,7%, muy por debajo del registrado en las otras dos regiones de referencia para el colectivo y también de la media estatal.

A continuación figuran Castilla y León y País Vasco, con el 7,8% y el 7,6% del saldo migratorio, respectivamente, seguidos de Andalucía (6,2%), Canarias (4,3%) y Comunidad Valenciana (4,3%).

Aunque el informe del Sepe no detalla a qué se dedican los emigrados lusos en cada autonomía, el Observatorio Tranfronteirizo del Instituto Galego de Estatística (IGE) el colaboración con varias entidades portuguesas sí dispone de datos por sectores. Casi 500 eran empleados de agricultura y pesca; 1.061 de la industria; 1.304 de la construcción; y 4.200 de los servicios, que es la actividad que registra el incremento más fuerte en el colectivo en comparación con 2016, un 7%.

El movimiento a la inversa, en cambio, no deja de aumentar. Había 8.215 españoles trabajando en Portugal, un 32% más que en 2016 y un 115% por encima de 2008. El 45% (5.121) estaba ocupado en la capital, en Lisboa, con un avance del 35%. En Portalegre, colindante con Extremadura, el alza fue del 49% (1.369). Y en Viana do Castelo, justo al otro lado de la frontera con Galicia, la presencia de trabajadores españoles aumentó un 36% (1.125). Mientras ellos aquí se concentran en comercio, hostelería y construcción, los españoles en Portugal se van a actividades sanitarias y servicios sociales, industria manufacturera y actividades profesionales, científicas y técnicas.

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