La economía de Galicia ya no crece al 3%. Por primera vez en los últimos tres años, la comunidad deja atrás el tan mencionado ritmo que ilustró la recuperación y que ahora sirve de frontera para hablar de la normal desaceleración después de un periodo de avance tan fuerte que llevó la actividad a marcar un nuevo récord histórico, por encima incluso de los niveles precrisis. Como está ocurriendo en toda España. El Producto Interior Bruto (PIB) autonómico cerró el pasado 2018 con un alza en el conjunto del ejercicio del 2,8%, frente al 3,2% del 2017 y el 3,4% de 2016, según el balance publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Son tres décimas más que el crecimiento estatal, del 2,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una diferencia que tiene mucho que ver con el buen comportamiento de la economía gallega en la recta final del año, donde el incremento fue del 0,7% en comparación con el tercer trimestre y del 2,6% respecto a entre octubre y diciembre de 2017, gracias al tirón de la inversión de las empresas y, sobre todo, el consumo privado.

El desembolso de las familias gallegas y las instituciones sin ánimo de lucro aumentó un 0,7% y fue un 2,4% superior a su aportación al PIB un año antes. El consumo privado rompió así con la contención que venía demostrando a mediados del ejercicio. No pasó lo mismo con el gasto público, que cayó un 0,8% en el último trimestre y acabó el ejercicio con un incremento del 1,8%, seis décimas por debajo de 2017.

El otro ingrediente del PIB autonómico que mayores signos de fortaleza sigue dando es la formación bruta de capital. La inversión de las empresas para mantener o incrementar la producción registró una subida trimestral del 1,3% y del 7% en el total de 2018. Forma junto con el consumo privado lo que se denomina demanda interna, convertida en el principal motor de la economía gallega ante la ralentización de la aportación del negocio exterior de las empresas.

Todos los sectores llevaban el año presentando tasas positivas. Y concluyeron el año sin cambios. Destacan la construcción, con un alza en el total de 2018, del 6,1%; y las actividades profesionales, del 4,4%. La actividad de la industria medró un 3,8%, un 2,8% en el caso del segmento manufacturero; un 0,9% la agricultura y la pesca; y un 3,4% el comercio, el transporte y la hostelería. En línea con la evolución de la actividad, durante el pasado año se crearon en Galicia 18.880 puestos de trabajo a tiempo completo, un 1,9% más que en 2017. "Desde 2015 se superan los 65.500", según destaca la Consellería de Facenda, que destaca que el crecimiento supera la media estimada en el Plan Estratégico de Galicia. "Son excelentes", valoró también el presidente de la Xunta ayer. "Por encima -dijo Alberto Núñez Feijóo- de potencias europeas como Alemania".