Ningún astillero ha recibido tantas oportunidades para evitar la desaparición como Factorías Vulcano. Es un mantra en la industria gallega de construcción naval, que ha padecido en carnes las crisis repetidas de la histórica atarazana viguesa. Solo en los dos últimos procesos concursales (2000 y 2011) aplicó quitas de 202 millones de euros, y provocó -así lo dictó el Supremo, en sentencia firme- la quiebra de su exfilial Juliana. Ahora, con su único pedido en proceso de cancelación y tras haber consumido, con financiación y anticipos, más del 80% del valor del buque, se asoma otra vez a la insolvencia. Con fondos propios negativos de 128 millones, con casi seis nóminas atrasadas y facturas impagadas desde mayo del año pasado. Y la Xunta no se prestará esta vez a una nueva reanimación. Lo sentenció ayer en Vigo el máximo mandatario gallego, Alberto Núñez Feijóo, que enarboló como suya aquella queja del sector. "Espero que pueda seguir, pero nosotros ya hemos hecho todos los esfuerzos".

Feijóo recordó que el astillero, solo desde el inicio de su mandato, recibió dos "grandes oportunidades". La última la desaprovechó cuando, tras recibir un anticipo de más de tres millones de euros de la banca en septiembre -avalados por Pymar y el Igape-, y que deberían haber servido para rematar el ferri Villa de Teror, se consumieron sin que Vulcano hubiese saldado siquiera las deudas con la industria auxiliar. "Las administraciones ya no podemos seguir comprometiendo la entrega de los barcos en plazo", enfatizó el presidente gallego. El ferri, un pedido de Trasmediterránea (filial de Naviera Armas) que cristalizó in extremis gracias a la mediación, en parte, del Ejecutivo gallego, tendría que haberse entregado el pasado 28 de junio. Todavía le quedan, de acuerdo a la planificación acordada entre Vulcano y la naviera, 42 días extra de trabajos a bordo. "Estamos en un momento de enorme dificultad en Vulcano, y yo espero que tomen nota de que hay astilleros en Vigo que son competitivos, que ganan dinero y crean empleo, que cumplen los contratos en plazo y en precio", zanjó.

Una de las cuestiones que está sobre la mesa es que, tras haber consumido casi 50 millones -de los 60 en los que está valorado el ferri-, fuentes conocedoras de la operación indicaron a FARO que el contrato arrojará pérdidas. Quién las asuma, total o parcialmente, es una equis que no se ha despejado. Por lo pronto a la industria auxiliar se le ha planteado una quita del 25%, y así figurará en el documento final que prepara Banco Santander -propietaria del barco en un 75%- y que este lunes consensuó en Madrid con Xunta y Pymar. Estos dos últimos players avalaron por cierto, a partes iguales, la financiación del buque. "El objetivo es armar un compromiso, incentivar a las partes a la entrega del barco, a que se termine", indicaron fuentes conocedoras del acuerdo.

Pero en las auxiliares, que ayer mantuvieron una reunión con la dirección de Vulcano, todo son temores. "Lo de menos ya es casi la quita del 25%, porque poco menos nos piden renunciar a futuras acciones legales y no se nos garantiza el cobro del 45% [de la deuda] a la entrega del barco", indicó uno de los empresarios afectados, que refleja el hartazgo de las subcontratas: "Esto se va al garete". El documento establece un primer pago del 30% la deuda contraída con las auxiliares tractoras (las que tienen trabajos pendientes), y un 45% a éxito. Para las que ya terminaron, se les abonaría el 75% de las facturas pendientes cuando el Villa de Teror, la construcción 548 de Factorías Vulcano, se entregue a Armas.