El astillero Nodosa Shipyard cierra el año con un nuevo contrato en vigor y eleva su cartera de pedidos a seis barcos. Según ha podido saber FARO, el grupo vigués Rampesca ha encargado la construcción de un arrastrero congelador que estará especializado en la captura de calamar en Malvinas. El buque sustituirá al Castelo, de 30 años de antigüedad, y supone la segunda unidad que la firma encarga a la atarazana de Marín tras el Monteferro. Precisamente este barco, el primero de capital gallego que se encargaba desde 2006, será el modelo a replicar para llevar a cabo esta segunda unidad. En concreto, contará con 63,7 metros de eslora, 12 de manga y cerca de 1.500 GTs ( Gross Tonnage, capacidad de carga del barco). "El encargo demuestra la satisfacción y confianza depositada en el astillero", explican fuentes de Nodosa.

El encargo fue cerrado "hace pocos días" por la sociedad Ferralemes LTD (nombre de un barco de la firma que se hundió en 2008), formada por la viguesa Rampesca y la malvina RBC. Según indican desde el astillero, el corte de chapa está previsto que comience en 15 días, mientras que la entrega se espera para finales de 2020.

Las pequeñas diferentes de esta nueva unidad respecto al Monteferro (también de 63,7 metros) se encuentran principalmente en las capacidades de congelación y bodega, así como en la potencia del motor, que "se incrementan considerablemente". Las mismas fuentes explican que este arrastrero también contará con un diseño de proa invertida "tras los buenos resultados" obtenidos con el primer buque en el caladero. Además, "tanto tripulación como armadores han aportado detalles novedosos para lograr una mayor adaptación" a las aguas de Malvinas.

Rampesca fue la empresa pionera en la necesaria renovación de la flota pesquera gallega. El Monteferro fue el primer gran arrastrero de capital gallego encargado tras la construcción de los arrastreros Playa Pesmar Dos (de Pesquerías Marinenses) y Río Caxil (Pesquera Inter) en 2006. Ahora, con tan solo un año de diferencia el grupo vuelve a ponerse al frente de la segunda ola del mayor proceso de renovación en 30 años que planifica la flota gallega de gran capacidad, especialmente para los caladeros de Malvinas y NAFO.

En cuanto a Nodosa, el astillero se ha convertido en la referencia para este tipo de buques. Además de este barco, la atarazana tiene otros cinco pedidos en marcha: el arrastrero Isla de Terranova para la armadora Pesca Baqueiro (para NAFO), tres arrastreros para la firma holandesa Osprey (los dos últimos fueron firmados en la última edición de la feria Navalia) y uno más para la empresa alemana Kutterfisch (entregó uno este año). A ellos se suma también el proyecto I+D Ecomytilus, un barco-factoría para el sector mejillonero.