Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Galicia importa casi tanto como lo que pesca para surtir a su industria

Equivale a más de la mitad de las capturas que realiza toda la flota española en un año

Descarga de pesca del Gran Sol en el Puerto de Vigo // A. Villar

La industria de transformación pesquera de Galicia nunca había producido y vendido tanto y, al mismo tiempo, la flota de bandera española pocas veces había faenado tan poco. Por eso la dependencia de los mercados exteriores crece año tras año y la importación de materia prima ha alcanzado volúmenes inéditos. Desde el pinchazo de Pescanova en 2012 las compras de pescado se han disparado un 30%, hasta alcanzar las 664.300 toneladas, según los datos oficiales del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a 31 de octubre. Y en paralelo la pesca extractiva ha sufrido un declive, sobre todo por la reducción de cuotas en aguas comunitarias, la expansión subvencionada de armadoras asiáticas y la extinción de acuerdos bilaterales con terceros países. Un dato: de los 1,3 millones de toneladas que capturaba en 1989, previa expulsión de los arrastreros congeladores de Namibia, los buques con pabellón español -mayoritariamente gallegos- han pasado a faenar ahora poco más de 900.000 toneladas. ¿Y la industria? Cuenta los ejercicios por récords, y las líneas de producción hay que alimentarlas.

En síntesis, el elevado nivel de importaciones se traduce en la entrada en Galicia de 15.000 toneladas por semana (ó 66.000 cada mes), que deben satisfacer a un sector transformador con más músculo. Solo en los tres últimos años ha invertido más de 360 millones de euros en operaciones de crecimiento inorgánico (en Marruecos, Argentina o Sudáfrica), mejora y ampliación de instalaciones (Galicia, Namibia) o aumento de capacidad extractiva (Malvinas, Mauritania); reforzarse en origen -y casi siempre implica importaciones, aunque sea con barcos propios- se ha convertido en una prioridad para garantizarse el acceso a la materia prima y reducir la dependencia de intermediarios. También porque, con más de 1.300 millones de habitantes, el gigante chino ha decidido compartir menos el pescado que captura porque -ahora- lo come cada vez más en casa.

Y eso -sumado a la escasez de productos como los cefalópodos- se nota en el precio. En los diez primeros meses de 2017 Galicia gastó 2.233 millones en la importación de 634.500 toneladas de pescado. En el ejercicio en curso, y comparación con estos datos, las compras crecieron un 5%, la mitad de lo que aumentó el gasto (+10,6%). La absorción de este incremento la ha paliado el sector con un mayor portfolio de productos de valor añadido, con la transferencia parcial al consumidor final y con la apertura a nuevos mercados. Otro ejemplo: desde 2012 la facturación de las compañías gallegas en el extranjero ha crecido un 35%, y volverá a rebasar este año los 2.000 millones de euros. La asignatura pendiente continúan siendo los países de fuera de la Unión Europea, que apenas representan un 13% de las compras. La buena noticia ha sido la irrupción en el mercado norteamericano (con un alza del 25% de las exportaciones en el último año) o el canadiense (donde se han cuadriplicado).

Evolución

Con esta tendencia la pregunta no es si Galicia importará más pescado del que capturan sus barcos, si no cuándo se producirá ese vuelco. Si cada mes entran en la comunidad 66.000 toneladas de productos, la actividad extractiva de los barcos con bandera española sería de unas 75.000 toneladas. La diferencia es hoy un 12% favorable a la actividad pesquera; hace solo cuatro años esta última ganaba con el triple de diferencia (32%).

Compartir el artículo

stats