El tamaño es una obsesión para el tejido productivo. Lo repiten incesantemente los líderes empresariales y es una constante también en los planes estratégicos impulsados por la Xunta para dibujar la economía del futuro. Ser grande no garantiza al 100% el futuro de una compañía, pero es cierto que permite tener más músculo para soportar los momentos de parón, acceder a financiación en mejores condiciones e invertir en innovación, un requisito sí indispensable para ser viable y rentable en un mercado cada vez más competitivo. La evolución en Galicia de la demografía empresarial postcrisis no muestra ningún cambio de tendencia, sin embargo, en la clásica composición de pymes y, sobre todo, micropymes. Todo lo contrario. Ocho de cada diez sociedades que se crearon en la comunidad desde el fin de la doble recesión carecen de plantilla.
Durante ese tiempo, desde 2014 y hasta 2016, en Galicia nacieron 58.708 empresas, según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 79,5%, unas 46.700, no tenía ningún trabajador. Otras 10.700 (18,2) contaban con entre uno y cuatro empleados. Las de cinco a nueve sumaron 1.057, el 1,8%; y un 0,4% de las nuevas sociedades (227) tenían, al menos, diez efectivos.
En esos mismos tres ejercicios echaron el cierre 50.561 compañías. ¿Son las micropymes mayoritarias en la defunción empresarial en Galicia? Sí, aunque en una proporción bastante más baja que en el caso de los nacimientos: el 68% del total, alrededor de 34.300. La región perdió más de 15.000 firmas de uno a cuatro trabajadores. Este grupo concentra tres de cada diez desapariciones de empresas, por lo que la mortalidad en él prácticamente duplica a la natalidad. El 2,3% (1.180) funcionaba con una plantilla de cinco a nueve. Las más grandes representaron el 0,6% de las liquidaciones (310).
La diferencia entre las nuevas y las desaparecidas deja un incremento neto de 8.147 empresas en Galicia entre 2014 y 2016. Pero el saldo solo es positivo en las sociedades sin personal. El alza entre este tipo de firmas fue de 12.400, mientras que se reducen en 4.319 en las de uno a cuatro trabajadores, hay 123 menos en las de cinco a nueve, y una reducción de 83 en las de diez empleados en adelante.
Galicia tenía en 2016 un total de 215.461 empresas operativas. Más de la mitad, el 56%, sin trabajador alguno. En comparación con 2013, el último año de retroceso de actividad, la comunidad recuperó 7.410 empresas, pero todavía son 599 menos que las que estaban activas en 2009.
De entre los sectores con mayor número de sociedades, los principales descensos se dieron en la industria de la madera y el corcho, que se quedó sin casi tres de cada diez empresas (433) y en la confección de prendas de vestir, un 27% menos (344), dentro de ese fenómeno de transformación del textil gallego en una actividad de distribución más que de creación. Les siguen la fabricación de otros productos minerales no metálicos (25%), la fabricación de muebles (24%) y la construcción de edificios (17%).
Las inmobiliarias lideran la otra cara de la moneda. Se dispararon casi un 70%, hasta las 7.184, lo que supone la aparición de 2.950 nuevas empresas en el sector. Hay un 65% más de empresas administrativas y auxiliares que en 2009; un 54% de incremento entre programadoras y consultoras informáticas; un 50% en educación; y un 49% en actividades creativas, arte y espectáculos.
