El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato pasó ayer a un módulo de respeto en la cárcel madrileña de Soto del Real, en el que cuenta con un preso de acompañamiento o de confianza en su celda: otro condenado como él por el caso de las tarjetas opacas o black. Se trata, según han indicado a Efe fuentes penitenciarias, de Gonzalo Martín Pascual, condenado a tres años de cárcel por las black que el jueves por la tarde -día que acababa el plazo para su ingreso- se presentó en la misma prisión donde había acudido horas antes el que fuera presidente de Caja Madrid y Bankia. Martín Pascual, que fue consejero de Caja Madrid a propuesta del sindicato UGT, será por tanto el recluso de acompañamiento de Rato.

Rodrigo Rato pasó el jueves por los trámites pertinentes que fija el protocolo para los presos que ingresan por vez primera: se le hizo una fotografía, se le asignó un número, se le cacheó, se anotaron sus datos en el libro de registro y pasó un reconocimiento médico, todo ello en el Departamento de Ingresos. Su primera noche la pasó en el módulo de ingresos, sin ninguna incidencia destacable.

Las tarjetas opacas, también conocidas como tarjetas black, permitieron a más de 80 miembros de la dirección y del Consejo de Administración de Caja Madrid y también de Bankia gastos al margen de sus retribuciones, que no eran declarados a Hacienda, ni por los beneficiarios ni por la entidad bancaria.