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Casi 14.000 gallegos optan al año por viviendas de cesión gratuita ante la escalada del alquiler

► Ya hay más hogares que residen en este tipo de inmuebles que en pisos arrendados ► Los jóvenes son los que más recurren a esta alternativa

El estallido de la crisis ha supuesto un antes y un después para el mercado inmobiliario. La debilidad de un mercado laboral que gana ocupados, pero donde cada vez tienen más peso los contratos temporales, y el cambio de preferencias entre los jóvenes, cada vez más dispuestos a desplazarse a otras ciudades para trabajar, pasa factura sobre la vivienda en propiedad, que ahora deja de ser la primera opción en la búsqueda de un hogar. Este espacio lo ha cubierto en los últimos años el alquiler. Pero la combinación de su escasa oferta, unida a una demanda al alza ha encarecido sus precios -especialmente en las grandes urbes gallegas como Vigo, Santiago o A Coruña- hasta tal punto que ya se buscan otras alternativas. Ahí es donde emergen las viviendas de cesión gratuita, aquellas que familiares, amigos o instituciones benéficas prestan a terceros sin coste alguno más allá del pago de las facturas de luz y agua. Solo en los tres últimos años -coincidiendo con el repunte en el precio de los alquileres- 41.600 gallegos (casi 14.000 más cada año) han tenido que optar por esta alternativa habitacional ante las dificultades para acceder a un crédito hipotecario o para pagar unos alquileres que ya son más caros que en 2008.

Con la escalada de los últimos años, ya son 115.800 los hogares gallegos en viviendas cedidas de forma gratuita. Representan el 10,7% del total y ya superan en número, por ejemplo, a los que lo hacen bajo el régimen de alquiler (110.400). El colectivo de jóvenes es el que más recurre a este tipo de alternativa habitacional. El 21,4% de los hogares compuestos exclusivamente por personas de entre 16 y 29 años reside en viviendas de este tipo. Un porcentaje que disminuye conforme avanza la edad de los inquilinos hasta situarse en el 4,3% en el caso de aquellos formados únicamente por mayores de 65 años.

Uno de los factores que explica esta tendencia al alza de la cesión gratuita de viviendas es la situación laboral que atraviesan los jóvenes, para quienes la recuperación del mercado de trabajo se hace notar con menos intensidad. La tasa de desempleo entre los gallegos de menos de 35 años ronda el 19,1% -frente al 14% que marca la media autonómica- y las opciones de acceder a una hipoteca por parte de aquellos que sí logran acceder a un empleo se frustran al no cumplir uno de los principales requisitos: un contrato indefinido. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), relativa al segundo trimestre del año, hay más contratos con fecha de caducidad que indefinidos entre los menores de 35 años. La tasa de temporalidad de este colectivo se sitúa en el 50,9%, frente al 26,9% que se registra en el conjunto de la comunidad, según denuncia el sindicato UGT Galicia que califica la situación laboral de los jóvenes como "precaria e inestable".

El precio de los alquileres

Quienes ven cortado el grifo del crédito hipotecario y deciden optar por una vivienda en alquiler se encuentran con una alternativa cada vez menos viable. A la escasa oferta de viviendas de este tipo en la comunidad -la Federación Galega de Empresa Inmobiliarias (Fegein) cifra el stock en unos 4.100 inmuebles, casi 3.000 menos que al cierre de 2016- se suma una demanda al alza.

Solo entre los años 2014 y 2016 Galicia sumó 20.000 hogares más bajo este régimen de propiedad. Pero tras años convirtiéndose en la primera opción para miles de gallegos, el recurso al alquiler echó el freno el año pasado en la comunidad. En 2017 fueron 1.200 los nuevos hogares que recurrieron a un arrendamiento. El frenazo coincide con la escalada del precio del alquiler en las grandes ciudades gallegas, que, pese a ser menos acusada que en urbes como Barcelona o Madrid, ya se está trasladando a los usuarios.

Según los datos de Fegein, los precios del alquiler en la comunidad gallega ya se sitúan, de media, un 9% por encima de los niveles que marcaban en el año 2008, justo antes del estallido de la crisis. Y lejos de poner punto y final a las subidas, estas continúan en la primera mitad del año. Solo entre los meses de enero y mayo registraron avances del 5,9% en la ciudad de Vigo, el 5,2% en A Coruña y el 5% en Santiago de Compostela.

El encarecimiento de los arrendamientos en los núcleos urbanos dificulta el acceso a la vivienda especialmente a los más jóvenes. Según los datos de la Agencia Tributaria, relativos al año 2016, el salario medio de los menores de 25 años ronda los 6.311 euros anuales y los de aquellos con edades comprendidas entre los 26 y los 35 años, 13.912 euros. La remuneración de este colectivo es casi la mitad que los 23.520 anuales a los que asciende la remuneración media de los mayores de 56 años.

Con el precio del metro cuadrado instalado en los nueve euros en Vigo se necesitan unos 720 euros al mes (8.640 al año) para pagar el alquiler de un piso tipo de 80 metros cuadrados. Unos gastos que, en ocasiones, se comen más de un tercio del salario -el máximo orientativo que aconsejan los expertos- y que provocan la búsqueda de alternativas, como la cesión de segundas viviendas por parte de familiares.

La segunda comunidad

El 10,7% de los hogares gallegos reside en inmuebles prestados de manera gratuita. Este porcentaje solo es superado por el 13,4% que se registra en Canarias y supera con creces al 6,4% que marca la media estatal. Detrás de estas dos comunidades se sitúan Asturias y Cantabria, en donde un 8,4%y un 8,3% del total de hogares recurren a esta alternativa habitacional.

En el lado contrario se sitúan algunas de las comunidades más grandes. Ese es el caso de Madrid, que se sitúa a la cola del país al contabilizar apenas un 2,7% de hogares bajo este régimen de propiedad. De cerca le siguen autonomías como La Rioja o País Vasco (un 3,5% del total ), Cataluña (4,5%) y Baleares (5,1%).

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