Estados Unidos desdeñó ayer la amenaza de China de imponer nuevos aranceles por 60.000 millones de dólares a importaciones estadounidenses, subiendo el tono de la confrontación. Después de que China anunciara que prevé imponer nuevos aranceles de represalia a una variedad de productos estadounidenses, desde carne hasta condones, la guerra verbal entre Washington y Pekín se intensificó aún más. El principal asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, advirtió que es "mejor no subestimar" la determinación de Donald Trump.