Entre las propuestas en materia fiscal de Cristóbal Montoro que ha heredado el Gobierno de Sánchez, dos impactan de lleno sobre una de las facturas que más saquean el bolsillo de los consumidores: el precio de los combustibles. Las dos las llevará a cabo si tiene apoyos en el Congreso porque el PSOE las ha acogido de buen grado. La primera pasaría por eliminar el céntimo sanitario -Galicia lo aplica en su tipo máximo, de 4,8 céntimos por litro- y fijar una tasa común a todas las comunidades autónomas, con lo que se eliminarían las fronteras fiscales con regiones que lo han suprimido. La segunda medida heredada, que también quiere aplicar el Ejecutivo actual, supondrá equiparar el impuesto del gasóleo al de la gasolina. Con ella el depósito de combustible se encarecerá en 5,3 euros de golpe.

Según los datos oficiales del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio el litro de diésel costaba ayer en Galicia 1,26 euros de media, con las provincias de Ourense (1,268 euros) y Pontevedra (1,263) como -una vez más- las más caras de todo el territorio nacional. En el conjunto del Estado el mismo producto se pagaba este lunes a 1,20 euros, un 5% más barato. De este modo, un conductor gallego tuvo que desembolsar 3,3 euros más que el promedio de España por un depósito medio de combustible de 55 litros. Hasta ahora la gasolina de 95 octanos tiene una gravación de 40,25 céntimos por litro, frente a los 30,7 céntimos del gasóleo. De este modo, el diésel superaría hoy los 1,35 euros si se aplica la medida planteada desde Madrid. En Galicia no estaba tan caro este combustible desde septiembre de 2014. Eso sí, entonces el barril Brent -indicador de referencia para el petróleo- cotizó de media a 97 euros; ayer cerró la sesión por debajo de los 78 dólares.

Esos 1,35 euros mínimos que alcanzaría el litro de gasóleo harían de Galicia la décima economía más cara de Europa en este concepto, aunque a nivel de generación de riqueza ( ranking por PIB regional) ocupa la posición 188 del continente. Solo Suecia, Reino Unido, Italia, Holanda, Grecia, Francia, Finlandia, Dinamarca y Bélgica serían menos asequibles para el bolsillo del consumidor. Se acabaría la diferencia con Portugal, con quien la horquilla actual ronda los diez céntimos. Eso sí, Lisboa pretende suprimir el extra fiscal que impuso a los carburantes en 2016 para elevar la recaudación por recomendación de la troika (Comisión Europea, FMI y BCE) tras su rescate.

De las 5.222 estaciones de servicio de las que ayer existían datos actualizados en el portal del Ministerio, la tercera más cara de la Península estaba en A Coruña, con el litro de gasóleo a 1,335 euros. La principal urbe gallega, Vigo, repetía como la más cara del país, con el litro de diésel a 1,274 euros. Si el sobreprecio de los conductores gallegos era ayer de 3,3 euros, el de los de Vigo superaba los cuatro euros por llenar un depósito. Es una situación para la que no existe explicación aparente -Murcia tiene el mismo céntimo sanitario que Galicia, pero paga casi un 3% menos por litro- y que la Comisión Nacional para los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha comprometido a investigar. Abrirá expediente después de verano, un año después de prometer una diligencia "de urgencia" y seis años después de la primera denuncia de la Xunta.