Poco antes del inicio de la junta genera, la primera en Madrid tras el traslado de sede por el conflicto catalán, Gas Natural Fenosa, que ahora cambia su nombre por Naturgy, anunciaba ayer a los mercados la venta del 70% de su participación en la minera sudafricana Kangra Goal. "No la consideramos estratégica", justificaba Francisco Reynés en el estreno ante los accionistas como presidente después de su nombramiento a principios del pasado febrero.

La desinversión en negocios y países que pesen más de lo que aporten a la compañía será uno de los focos del nuevo plan estratégico que precisamente hoy presentará a los inversores. Busca "transformar" al grupo, hacerlo más sencillo, rentable e innovador. A pesar de que la hoja de ruta recoge todos los grandes proyectos hasta 2022, el máximo ejecutivo asegura que la decisión sobre el futuro de la térmica de Meirama no está tomada. Que se agotarán los plazos frente a la directiva europea que obliga a partir de 2020 a una reducción drástica de emisiones en las instalaciones industriales. Pero avisa: "No haremos ninguna inversión que no se pueda recuperar".

La situación de la central gallega, con una potencia de 557 megavatios (MW), y de las otras dos térmicas de la compañía en España -La Robla (León) y Narcea (Asturias)- entronca con el debate abierto en España sobre el carbón. Reynés remarcó en varias ocasiones que el impulso definitivo a las renovables y la despedida a los combustibles fósiles como fuente de energía son "una apuesta europea".

Solo caben dos opciones para las instalaciones que, como Meirama, no cumplen a día de hoy los límites de emisiones impuestos a partir de 2020. O adaptarse, en su caso el gasto de las obras superaría los 100 millones de euros; o echar el cierre. "No somos abogados de los cierres o los no cierres, sino de tener garantizado un retorno", esgrime el presidente de Gas Natural, que recuerda que el dinero "no es nuestro, sino de nuestros accionistas". La clave, reitera, será "la rentabilidad". La misma premisa que se pedirá para todos y cada uno de los proyectos que se planteen en el plan estratégico.

De hecho, y para justificar que, a diferencia de otras empresas como Endesa que sí ya empezó con las obras de preparación de la central de As Pontes, la reflexión se esté alargando tanto, Reynés defendió la necesidad de tener en cuenta "todos los elementos" y "la información más actualizada", incluidos los precios del carbón y el comercio de derechos de dióxido de carbono. "Menos mal que no se tomó antes", apuntó. "Si esto se hubiera decidido antes con las actuales condiciones del mercado -añade- las decisiones no hubieran sido tan acertadas".

Lo que sí va para delante es la construcción de hasta siete parques eólicos nuevos en Galicia con la potencia conseguida en las subastas de renovables del Gobierno. Gas Natural Fenosa tiene nominados 233 MW que implican una inversión superior a los 200 millones de euros. Están en una fase "muy avanzada" de tramitación y es previsible que el primero de ellos pueda empezar a tomar forma "en las próximas semanas". "Vamos tan rápido como podemos, en función de los permisos. Si tuviéramos más, más rápido iríamos", afirma el nuevo capitán de Naturgy, que enmarca la decisión de cambiar el nombre de la compañía por la búsqueda de "un nombre que, de alguna forma, demostrara nuestra aspiración internacional". Reynés reconoce que "como me dijo un miembro de la alta dirección, somos un incumbente en Galicia".

Aunque no es para nada habitual, Reynés aprovechó su comparecencia previa a la junta con los periodistas para adelantar la evolución del negocio hasta mayo, con un alza del 11% del beneficio operativo bruto (Ebitda) recurrente, hasta los 1.823 millones de euros gracias a la mejora "sensible" del negocio de gas y electricidad; y un incremento destacado del 34% en las ganancias netas, también sin tener en cuenta resultados extraordinarios, con 481 millones de euros.