En septiembre de 2015 Pescanova Sociedad Anónima ( vieja Pescanova) ejecutó una jugada que le permitió saltarse el acuerdo con los bancos, que a cierre de año habrían de asumir el control de una empresa creada específicamente para dar continuidad a la pesquera (Nueva Pescanova, NPVA). El convenio decía que los socios de la vieja matriz se quedarían con el 4,9% de la multinacional, con opción a escalar al 20% si depositaban 7,32 millones. Y sí que ampliaron su participación al 20% -gracias a un pacto con el fondo buitre Broadbill-, pero sin soltar un euro. Dos años después las entidades financieras ampliaron capital en la compañía de Chapela para equilibrar el balance y garantizar su viabilidad: la vieja Pescanova se diluyó hasta el 1,65% del accionariado. Llevó la ampliación al juzgado. Ha perdido. Con esta derrota se ha fulminado la última esperanza de en torno a 9.000 accionistas de recuperar su inversión en la pesquera. Antes del preconcurso el valor bursátil de Pescanova SA era de 400 millones de euros; ayer, a cierre de sesión, apenas superaba los 23.

El fallo del Mercantil 2 de Pontevedra, redactado por el magistrado Manuel Marquina, ha desestimado íntegramente la demanda de la antigua matriz, que recurrirá en apelación aunque una posible condena en costas implique -así lo ha admitido- su liquidación. La pretensión de la vieja Pescanova pasaba por anular la ampliación de capital y recuperar así el 20% de una multinacional valorada en al menos 800 millones de euros. Pero el juez ha sido rotundo respecto a las reclamaciones de la SA. "En realidad las partes aquí litigantes son madre e hija, las tensiones [entre ellas] han sido y siguen siendo máximas", recuerda Marquina. "Tan lícito es que un socio que podemos llamar minoritario aspire a controlar la sociedad y a mantener o incluso incrementar su participación, como que los socios que podemos llamar mayoritarios pretendan lo mismo. Lo ilícito será que uno u otros empleen medios o métodos contrarios a la ley", como así lo sostuvo vieja Pescanova en el juicio, celebrado el pasado día 20 ¿Fue así? Según la sentencia, no.

En este punto, el magistrado recuerda que los consejeros que representaban a la antigua matriz ni se opusieron ni impugnaron el acuerdo de ampliación de capital, como tendría que haber hecho. "Pescanova SA carece de legitimación activa para impugnar los seis acuerdos sociales aquí cuestionados [de la ampliación], por no ser ello sino una vía usada en fraude de ley, para atacar un acuerdo de refinanciación que no estuvo nunca legitimada a impugnar desde que fue judicialmente homologado". La misma severidad ha utilizado para tumbar los ataques de la vieja matriz contra el llamado crédito supersenior, que engordó la deuda de Nueva Pescanova en 300 millones, o las acusaciones de manipulación contable. "No es cierto o, al menos, no se ha podido acreditar que en NPVA se hubiese creado artificialmente una situación de desequilibrio patrimonial como paso previo para justificar una refinanciación, y la posterior ampliación de capital".