Con una treintena de buques en construcción y los mayores índices de actividad previos a la crisis del tax lease, la construcción naval gallega urge personal para culminar en plazo los pedidos. "Hay riesgo de que la mano de obra cualificada no llegue a tiempo a los astilleros", aseguró ayer el presidente de Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga), Marcos Freire. Advertencia que amplifica la reclamación lanzada también por la patronal metalúrgica Asime, que ha cifrado en 1.200 los trabajadores que precisa incorporar el sector solo este año en el área de Vigo. Y esta urgencia también la puso sobre la mesa Freire, que reclamó "planes exprés" para dotar a astilleros y auxiliares de nuevo personal. Soldadores, caldereros y tuberos son los puestos que, de acuerdo a los sindicatos, son los más demandados por la construcción naval.

La Xunta ha dispuesto fondos públicos para formar a 500 profesionales en Vigo en segmentos como el diseño naval, la robótica o la soldadura, pero el "riesgo" de que se incorporen tarde existe. "Estamos en el momento oportuno para poner en marcha planes exprés, para evitar ese riesgo y que no traiga consecuencias negativas", ahondó el presidente de Aclunaga. Esta amenaza es la que podría llevar al sector a echar mano de empresas extranjeras, aunque la prioridad del clúster es de "volver a dotar de efectivos regionales y locales". La industria mira a Polonia, que acaba de ser apercibida por la Comisión Europea por sus incentivos fiscales a la construcción naval. "En la medida en que sean aptas se les llamará, y se les exigirá el mismo nivel de cumplimiento del marco legal vigente que a cualquiera". Para los sindicatos el acatamiento del convenio provincial del metal es innegociable.

Al igual que la medida impulsada por Barreras para la consecución del crucero ultrapremium para Ritz Carlton, el objetivo de los planes formativos es reciclar las aptitudes de los trabajadores ya en activo y dar entrada a nuevos profesionales en una industria que presume de atractivo. "Tenemos que trabajar en una campaña de dignificación", añadió Freire, para atraer a los empleados que dejaron el naval -o incluso Galicia- tras la crisis del tax lease. Y, frente al temor de los sindicatos y parte de la industria auxiliar de que la recuperación del sector sea flor de un día, el pronóstico de Aclunaga es más esperanzador: "Se están poniendo sobre la mesa proyectos de más de un año. No se trata de periodos de cuatro meses, sino que hay más amplitud de miras".