La hoja de ruta de la Xunta se marca el ambicioso objetivo de que el peso de la industria en la actividad económica gallega escale del 16,6% actual al 20% en 2020. Para esta tarea es necesario que el sector convierta en oportunidades de negocio los desafíos que divisa en el horizonte. Para arrojar luz sobre cómo lograrlo, el Consello Económico e Social de Galicia (CES Galicia) organizó ayer, en colaboración con el Igape y Zona Franca de Vigo, una jornada en la que se repasaron historias de empresas que han conseguido trasladar su éxito fuera de sus fronteras. La inauguración del acto, a cargo del conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, la delegada del Estado en la Zona Franca de Vigo, Teresa Pedrosa y la presidenta de CES Galicia, Corina Porro, se saldó con la postura unánime sobre la necesidad de colaboración entre las administraciones y de lo público con lo privado para facilitar el crecimiento del sector industrial gallego. "Es necesario movilizar todas las voluntades para consolidar la transformación de la industria gallega como centro geográfico de producción de bienes y servicios avanzados", recalcó Corina Porro.

Conde hizo hincapié en el impulso que recibirá el sector industrial con la ley de implantación empresarial, que bonificará casi al 100% impuestos autonómicos como el de Transmisiones Patrimoniales por la compra de suelo industrial y otros locales como el IBI o el de Actividades Económicas o las "líneas de crédito en condiciones ventajosas para el apoyo de un centenar proyectos de pymes". Con todo, el sector aún se encuentra con palos en la rueda. Algunos de ellos los puso sobre la mesa el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros. "Se necesita rebajar los costes energéticos, avanzar en el corredor del noroeste y una mayor agilidad administrativa", criticó.

El objetivo de la jornada era que se arrojasen aportaciones útiles para conseguir que Galicia se refuerce como uno de los mayores polos industriales de España y que para ello aproveche la revolución tecnológica y el cambio de tablero hacia mercados globales para lo que es necesario "aumentar el número de empresas exportadoras", indicó Pedrosa. Algo que ya hacen las cuatro empresas participantes en el acto.

"Las claves del futuro estarán en nuestra capacidad para diversificar y para adaptarnos a nuevos mercados", comentó Diego Piñeiro, responsable de I+D+i del fabricante de lencería Selmark, una opinión compartida por Iago Rodicio, director de la solución de software de gestión de operaciones. Parsec Iberia, aunque en este caso el marco lo proporcionan las variaciones en la regulación entre uno y otro país. Los dos proyectos aludieron a la necesidad de llevar a cabo unas innovaciones tecnológicas que en el fabricante de boyas satelitales para la pesca, Marine Instruments, toca su máxima expresión con el desarrollo de pioneros prototipos de drones no tripulados que permiten sustituir a los helicópteros en la detección de bancos de atún en el océano.

Luis Lozano, de PSA-Vigo, puso de manifiesto el esfuerzo en innovación del sector con revoluciones como la del coche eléctrico o en nuevos sistemas incorporados, la mayor dependencia de las auxiliares y advirtió del riesgo de que "el producto pueda pasar a ser algo secundario por el auge de nuevos servicios, como ocurre con Hilton y Booking, cuando esta última no tiene hoteles".

Robótica y empleo

Cuando se habla de industria 4.0, inmediatamente se viene a la mente la figura creciente del robot. Miguel Malvido, de la CIG, abogó porque "los incrementos de la productividad se trasladen al bienestar social y no solo a las empresas", mientras que José Carlos Rodríguez (UGT) y Víctor Ledo (CC OO) pusieron el foco en la necesidad de impulsar programas de formación para adecuar al trabajador al nuevo entorno laboral, así como la necesidad de encontrar reubicación en la empresa.