El patrón de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antón Arias, convocó ayer al comité ejecutivo de la organización para la aprobación de cuentas del año pasado y validar una reforma de los estatutos. El cónclave será el día 30 en Santiago y, como ha sido la tónica desde los últimos años, ya hay bandos. De un lado, los que defienden la propuesta -elaborada por el secretario general, el lucense Jaime López-; de otro, los que creen que Arias ha perdido todo el crédito. "No es necesario cambiar los estatutos para que se marche", zanja Jorge Cebreiros, presidente de la patronal de Pontevedra.

"No puedo estar de acuerdo con una modificación de estatutos que lleve a las sectoriales a no estar suficientemente representadas y perder el peso que se merecen", expone, en relación al nuevo artículo 13 de los estatutos. Porque, si prospera la redacción del número dos de Arias, "en ningún caso" las confederaciones provinciales tendrán un peso inferior al 75% en la asamblea de la CEG, y las sectoriales se quedarían con apenas cuatro o menos representantes en la junta directiva (ahora cuentan con 23). La propuesta incluye también una presidencia rotatoria bianual que tocaría, en primer lugar, a la patronal de A Coruña.