Objetos como las gafas o los bastones ya son de uso común en la sociedad. Estos instrumentos permiten dejar atrás los problemas en la vista o las dificultades para mantenerse erguidos al caminar. Sobre este camino abierto por tecnologías pretenden avanzar los exoesqueletos robóticos. Una vez acopladas estas estructuras al cuerpo, cargas de hasta 15 kilogramos pueden ser levantadas del suelo sin que esto suponga apenas esfuerzo, unas piernas semiflexionadas pueden sostener todo el peso del cuerpo como si existiese una silla debajo actuando de soporte.

La potencialidad que tienen estos dispositivos para diferentes ámbitos y su caldo de cultivo para el sector industrial, están provocando un fuerte incremento en las actividades de investigación y desarrollo en esta materia. Uno de los proyectos pioneros es el impulsado por SuitX, una spin off de la Universidad de California - Berkeley, y que fue presentado en la jornada Exoesqueletos: colaboración hombre-máquina para la Industria 4.0, organizada ayer por Aimen Centro Tecnológico en O Porriño.

Allí se dio a conocer una de las iniciativas pioneras en este campo. Se trata del dispositivo modular MAX, que, a diferencia de otros prototipos, cuenta con tres módulos independientes para acoplarse sobre las piernas, la espalda y los hombros. Los primeros se prolongan desde la cadera hasta los pies, formando una estructura regulable que, por ejemplo, permite, de una manera sencilla, establecer qué grado de inclinación se quiere que forme la rodilla. De este modo uno puede mantenerse de pie con las piernas semiflexionadas con el mínimo esfuerzo, como si el cuerpo estuviese reposando sobre una silla, pudiendo aflojarse automáticamente mediante el microordenador que lleva integrado.

El backX actúa sobre la zona lumbar, una de las más castigadas a la hora de levantar cargas del suelo. Este se desglosa en dos modelos (S y AC), que pueden ser empleados en el día a día sin que entorpezcan ninguna actividad y su ayuda se materializa en que los pesos que suben desde el suelo se reducen en unos 13 kilogramos. Este alivio sobre la parte baja de la espalda amortigua en un 60% la fuerza de torsión que se ejerce sobre la zona.

Por último, el shoulderX, colocado sobre los hombros, permite reducir el esfuerzo al sostener objetos o todo tipo de cargas sobre la cabeza, una característica que puede pujar al alza en el sector industrial, en el que el desgaste físico pasa mayor factura sobre los trabajadores hasta el punto de, en muchos casos, poder llegar a ser causa de lesiones.

Naval y automoción, puntales

Los desarrolladores del proyecto aludieron al "gran tamaño que puede llegar a tener este mercado" y sostuvieron su postura por los miles de millones de euros de coste que suponen las lesiones en el puesto de trabajo cada año.

Por ello, los responsables de SuitX pusieron de relieve el recorrido que puede tener la investigación en este segmento y, además, apuntaron a nichos en particular dentro del sector industrial y que cuentan con una elevada implantación en la comarca de Vigo: industria naval, aeronáutica y automoción. Su funcionalidad abarca diferentes fases dentro de este último sector, que van desde procesos de ensamblaje hasta de pintura.

El sector industrial y la rehabilitación serán los dos motores del alza de estos dispositivos. Este año se prevé que se vendan un total de 6.000 unidades y que el mercado de los exoesqueletos robóticos escale desde los 68 millones de dólares del año 2014 hasta los 1.800 millones de dólares que la consultora ABI Research estima que alcanzará en el año 2025.