La compañía Fiat Chrysler Automobiles estudia la escisión de dos de sus marcas, Maserati y Alfa Romeo, para facilitar su venta. La intención pasa por hacer a la empresa más atractiva de cara a un potencial comprador (en los últimos días ha trascendido el interés del grupo chino Great Wall Motor). Según la información divulgada por Bloomberg el negocio de Maserati, que incluiría el segmento de componentes, estaría valorado en 7.000 millones de euros, por los 5.000 millones de Magneti Marelli.

Del mismo modo Fiat pretende mantener la propiedad sobre las marcas más comerciales, entre ellas Jeep y Dodge. El banco de inversión norteamericano Goldman Sachs cifra en 50.000 millones de euros el valor de todo el grupo. No es la primera vez que Fiat utiliza esta estrategia para mejorar cuentas: en 2011 se deshizo de la marca CNH Industrial (vehículo industriales) y se desprendió de Ferrari en 2016. La desinversión del Cavallino Rampante le ayudó entonces a financiar su plan de reestructuración.