La evolución del mercado laboral

Los agentes sociales ven en el discurso de Báñez vía libre para una subida de salarios

-La ministra de Empleo insta a mejoras en los sueldos para "fortalecer la recuperación" -Desde 2014, los cotizantes en Galicia aumentaron un 11,6% y los salarios, un 2,4%

Javier G. Casco | Vigo

05·07·17 | 02:31

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La ministra de Empleo Fátima Báñez // Agencias

Desde que el número de afiliados a la Seguridad Social en Galicia marcase mínimos de diez años en enero de 2014 en las 666.184 personas, el número de cotizantes en nuestra comunidad ha escalado un 11,6%, hasta las 743.430 personas a las que se cerró el pasado mes de junio, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Pese a todo, este proceso de creación de empleo, que ha sido cuatro puntos inferior a la media nacional -del 15,7%-, no ha generado una presión al alza sobre los salarios. Desde entonces, y hasta el cierre de marzo, éstos han repuntado un leve 2,4%, aunque el moderado aumento del coste de la vida -la inflación en el periodo ha sido del 1,8%- ha sido suficiente para permitir ganancias de poder adquisitivo.

Sin embargo, las palabras de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, tras la presentación de los datos de afiliación, han podido marcar el izado de bandera hacia futuras subidas de sueldos. "Es el momento de que la subida de salarios en España se acompase al ritmo de crecimiento del empleo que fortalezca la recuperación", declaró la ministra. El giro en el discurso de Báñez, que ha pasado de defender la moderación salarial por su capacidad de salvar puestos de trabajo en el punto álgido de la crisis a, ahora, proponer subidas para apuntalar la recuperación, ha sido interpretado como una apelación a las empresas para mover ficha en este apartado.

Los salarios en España se han reducido en un 0,7% en los últimos cinco años, aunque Galicia ha conseguido sortear esta tendencia y, desde entonces, las nóminas han engordado un 4,1%. Con todo, esta mejora queda diluida por el incremento del coste de la vida en nuestra comunidad, ya que, según los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística, los precios al consumidor se han elevado en un 4,8%, siete décimas por encima del avance que se anotan los sueldos desde entonces.

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Juan José Santamaría, presidente del Colegio de Economistas de Pontevedra, justifica el cambio en las palabras de la ministra de Empleo en que el proceso de devaluación interna que se siguió para capear la crisis y mejorar la competitividad de las exportaciones "ahora ya no es tan necesario". "El euro se ha debilitado y ha pasado de cambiarse a 1,5 dólares al nivel de los 1,15 actuales", resalta el experto, lo que añade margen para suplir las ganancias de competitividad por el efecto divisa con revisiones al alza en los salarios.

Ramón Sarmiento, secretario general de CC OO Galicia, considera que es el momento de que "la mejora de las cuentas de resultados de las empresas se trasladen a las nóminas de los trabajadores". Además, incide en que estas mejoras en materia salarial no siempre debilitan la competitividad de las empresas de cara al exterior, ya que "en nuestro tejido empresarial abundan las pymes, orientadas al mercado interior". Asimismo, el dirigente sindical incide en que esta subida de los salarios ayudaría a consolidar la recuperación económica, ya que "impulsaría el consumo y la demanda agregada".

Fricciones en el 'cómo'

Jorge Cebreiros, presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), coincide con la demanda de la ministra de Empleo y recalca que "es algo que venimos defendiendo desde hace tiempo". El dirigente de la patronal pontevedresa destaca que "es un buen momento para subir salarios".

Aunque esta premisa también es compartida por los principales sindicatos, en cómo debe ser su ejecución es donde surgen las fricciones. "En nuestra negociación con la CEOE planteamos un tope por abajo, del 1,8%, y otro por arriba, del 3% en función del sector", resalta José Antonio Gómez, secretario general de UGT-Galicia. Santamaría y Cebreiros, por su parte, abogan por que estos aumentos no sean indiscriminados, sino que se encuentren supeditados a la "situación económica concreta que atraviesan las empresas". Esta descentralización de la negociación colectiva no es vista con buenos ojos por Sarmiento, que recalca que el "mayor poder de negociación del empresario dificulta que se produzcan esas mejoras".