El sur de Galicia carece de suelo industrial disponible para "grandes proyectos" empresariales, lo que unido a una elevada presión fiscal, la "complejidad burocrática" y la inseguridad jurídica generan un riesgo real de "desvío de las inversiones" y de "deslocalización de actividades". Son algunas de las debilidades gallegas recogidas en el informe Breve reflexión sobre la economía de Galicia 2017, elaborado por el Foro de Entorno Socioeconómico del Círculo de Empresarios de Galicia y presentado ayer en Vigo. El documento, que repasa también las fortalezas de la comunidad en materia económica, apuesta por la colaboración entre empresas, administraciones públicas y universidades y centros de conocimiento para que Galicia sea competitiva frente a otras regiones, pero sobre todo frente al norte de Portugal.

El informe recoge las inquietudes de importantes empresarios gallegos y fue analizado ayer por el presidente del Círculo, Juan Güell, el presidente del Foro de Entorno Socioeconómico, Emilio Pérez Nieto, y el profesor de la Universidad de Minho, Francisco Carballo, coordinador del documento. El texto constata que en el sur de Galicia no hay suelo industrial competitivo (el rango de precios varía de entre 60 y 180 euros el metro cuadrados) y que tampoco hay parcelas capaces de acoger "grandes proyectos" empresariales como los que se están implantando en el norte de Portugal (de más de 50.000 metros cuadrados), debido a la "falta de planificación" y a la "descoordinación" entre las entidades promotoras de suelo. En este sentido, el informe asegura que en los parques de iniciativa pública el ajuste de precios en estos años de crisis ha sido muy inferior al de las promociones de carácter privado y del mercado residencial.

Esta desventaja, sumada a la mayor presión fiscal de Galicia, la inseguridad jurídica en algunos ámbitos (con la suspensión de planes generales, etc.), la dificultad para abordar proyectos de gran dimensión (como la Plisan) y la "complejidad burocrática", entre otras, hacen que otras comunidades y el norte de Portugal estén ganando la batalla por las nuevas inversiones. "Portugal, con dos administraciones muy activas, cuando aquí tenemos cuatro que toman decisiones que a veces se solapan o van en dirección contraria, ha acertado al afrontar el problema de la competitividad", señaló Güell, que reconoció que pese a todo concentrar masa crítica industrial en esta zona de la Península puede ser positivo. "La posibilidad de que determinada industria desaparezca es menor cuanto mayor es su peso en el área, y si hay auxiliares que se instalan cerca, no es una mala noticia", argumentó, en alusión al automóvil.

Batalla fiscal

En la comparativa entre Galicia y el norte de Portugal, aparte de los menores costes laborales y de suelo (el precio del metro cuadrado ronda entre los 20 y los 30 euros el metro cuadrado, aunque se han llegado a vender parcelas a un euro para atraer a grandes industrias), destaca la competitividad fiscal lusa, con participación directa de las cámaras municipales. Así, los proyectos vinculados a la industria del automóvil y a otros sectores como el metal, la pesca y el textil que se instalaron en los últimos años en la zona se han beneficiado de incentivos en el impuesto sobre bienes inmuebles (con una reducción o exención total durante un periodo de tiempo determinado), tasas municipales y de formalización, el impuesto sobre beneficios (deducción por reinversión parcial de los beneficios) y el impuesto sobre la renta para los trabajadores extranjeros expatriados (un tipo único reducido temporal de diez años).

Para mejorar la competitividad gallega, el documento elaborado por el Foro emplaza a potenciar la promoción económica y crear condiciones para incentivar y atraer nuevas inversiones, revitalizar la "marca Galicia" o reducir el peso de los cargos de nombramiento político en la administración de entidades de relevancia. También recomienda avanzar en la simplificación administrativa para agilizar los trámites, crear un vehículo para gestionar el suelo empresarial de promoción pública (mayor coordinación), mejorar los niveles de conectividad y frenar la pérdida de población.

El informe alude también a los deberes pendientes en infraestructuras (corredor atlántico, AVE), poniendo a Portugal como aliado. "También en Portugal hay indefiniciones importantes, pero para Galicia es necesario un acuerdo con las autoridades lusas", indicó Carballo, en referencia al aislamiento gallego en el proyecto del Corredor Atlántico de la Red Transeuropea de Transportes. "Puede solucionarlo con Portuga", apuntó, "la diplomacia portuguesa es muy efectiva".