Pescanova tratará de sofocar el conflicto laboral sin una amenaza de huelga indefinida sobre la mesa. Los sindicatos CIG, UGT, CUT y USO suspendieron ayer esta convocatoria, que se materializaría a partir del 3 de abril, al acceder a continuar con la mediación solicitada por la Xunta y que arrancó ayer en Vigo. Las negociaciones continuarán los días 29, 30 y 31 y, "si fuera necesario", se prolongarían hasta el sábado 1 de abril. Ambas partes confían en alcanzar un acuerdo sobre el convenio colectivo de las plantas de Chapela y Porriño, en la que trabajan cerca de 400 personas. "Tendremos que ceder las dos partes", asumía al término de la reunión uno de los asesores sindicales. "Entre todos vamos a sacar este barco adelante. Todos" fue el mensaje que lanzó el consejero delegado (CEO) del grupo, Ignacio González, a través de su cuenta en la red social Twitter.

El mediador entre la parte empresarial y sindical es el responsable de Inspección de Traballo en Pontevedra, José María Casas de Ron, quien emplazó a retirar las medidas de presión para que las negociaciones prosperen. Al margen de la huelga indefinida los representantes de la plantilla abortaron los piquetes para hoy en la entrada de las fábricas de Chapela, donde personal de ETT completa la producción de surimi en la antigua Frivipesca, mientras que la compañía retiró su intención de imponer el convenio estatal de elaborados de forma unilateral. Eso sí, la dirección de Nueva Pescanova mantiene la misma propuesta que soliviantó a los empleados, mientras que las organizaciones sindicales pretenden trabajar sobre la plataforma que presentaron hace ya un año. "La oferta de la empresa no nos vale", ilustró Ignacio Couñago, de UGT Alimentación.

González expuso con cifras las dificultades por las que atraviesa la multinacional, que prevé cerrar 2017 con números rojos de siete millones de euros, y enumeró el coste por hora de algunas de las fábricas. En la antigua Frinova (Porriño), por ejemplo, asciende a 21,39 euros, por los 19,6 de la desaparecida Frivipesca. En la filial valenciana Fricatamar, sujeta al convenio estatal de elaborados (como buena parte del sector), está por debajo de los diez euros.

"Creo que habrá acuerdo", resumió uno de los asistentes por parte de los sindicatos, que en caso de que no se alcance programarán otra huelga (no indefinida) para después de Semana Santa. La negociación con Comisiones Obreras, que no secundó las medidas de presión, se realiza aparte por la negativa del resto a compartir mesa con ellos.