Forjada en actividades de trading, importación y comercialización de productos pesqueros, Congelados Videmar apuesta ahora por la integración de todo el proceso productivo a fin de reducir la dependencia de proveedores externos. En esta estrategia se enmarca la adquisición de un buque arrastrero de 6.500 toneladas de capacidad en el que la firma de Marín ha invertido unos cuatro millones de euros y que faenará en los caladeros de Namibia y Sudáfrica. Este proceso de verticalización de la compañía (con pesca extractiva) continuará en los próximos meses con la compra de un segundo barco, como ha avanzado el portal especializado Alimarket.
Al igual que Pescanova (Novanam), Mascato (Merlus) o Iberconsa (Cadilu) Videmar trabajará desde los caladeros africanos mediante joint ventures o alianzas empresariales, lo que le permitirá acceder a las aguas de jurisdicción nacional a cambio de aportar activos (buques) e inversión. La actividad se centrará en la captura de merluza, que representa ya el 60% de las ventas de esta compañía. Aunque se constituyó en 2009, la previsión a cierre de 2016 es de un volumen de facturación de entre 40 y 42 millones de euros. Según la misma fuente las toneladas comercializadas ascenderán a las 14.000, lo que sitúa a Videmar cerca de los volúmenes de Grupo Botas (matriz del conglomerado, no incluye Fandicosta) o Amasúa.
Una de las alianzas con la que ya opera es la que le une con la argentina Greciamar, con planta propia en Puerto Madryn y especializada en langostino salvaje. Con un 85% de los ingresos derivados del mercado nacional, el europeo y el japonés son los próximos objetivos de la compañía dirigida por Víctor Videira.
