La necesidad de avanzar en la conciliación laboral y familiar ha vuelto al debate en España después de que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, anunciase que impulsará un acuerdo para que la jornada laboral acabe a las 18.00 horas. La Fundación Barrié acogió recientemente una mesa redonda sobre la materia, organizada por los becarios de la entidad, en la que distintos expertos analizaron los principales retos en materia de conciliación. La economista y experta en asesoramiento fiscal, contable y laboral a empresas en Parga Asociados (con sede en Sada), María Castro, asegura que no se puede generalizar y que habría que mirar caso por caso cómo fijar los horarios para avanzar en conciliación.

-La mesa redonda se titulaba Conciliación de la vida laboral y familiar ¿es posible trabajar para vivir?

-Para mí lo de trabajar para vivir o vivir para trabajar no son dos cosas, es una sola. No es posible trabajar para vivir ni vivir para trabajar. Solo tenemos una vida y el trabajo es una de las siete dimensiones de la felicidad. Debemos hacer algo que nos guste para que forme parte de nuestra vida y nos aporte cosas. Si te gusta tu trabajo, estás desarrollando una parte de las dimensiones de tu vida, como pueden ser también la familia, los amigos, las aficiones, la pareja?, y todas forman parte de vivir.

-¿Cuál es el principal problema en España en cuanto a conciliación laboral y familiar?

-Tiene que haber más políticas de conciliación desde arriba, desde la Administración. Pero también tenemos que poner nuestro granito de arena. Las empresas privadas, que es donde yo más me muevo, si aportan y dan cosas a las personas a través del salario emocional (si tienes en cuenta sus problemas, aportaciones) tendrán un mayor compromiso, serán más productivas y eso se traducirá en mejores resultados para la empresa. Debemos concienciarnos de que un poquito más cada día en esta línea de la conciliación es posible, sin esperar a que nadie lo haga por nosotros.

-La propuesta de la ministra de Empleo de que la jornada laboral en España termine a las seis de la tarde, ¿es un avance o imposible de aplicar en España?

-Es una medida inadecuada para determinados sectores. Hay muchas plantas de producción que no pueden parar, o los turnos en los hospitales. No se puede generalizar y decir: "Vamos a salir a las seis", y se para el país. Hay que ver de qué empresas y sectores estamos hablando y cada compañía deberá valorar sus mejores horarios o gestionar los turnos de manera que todo el mundo esté contento para ser más productivos.

-¿Cómo están España y Galicia en materia de conciliación respecto a otros países europeos?

-A la cola, pero en línea con los países mediterráneos. Los nórdicos son los más avanzados en este tema, a excepción de Finlandia y Bélgica, que se desmarcan de la tendencia del norte. Pero depende de nosotros y no es necesario cambiar la cultura española para ello, es cuestión de mentalidad.

-Con la crisis hay disponibilidad total de los trabajadores para cubrir las necesidades de las empresas, incluso con horas extras que no cobran. ¿Habría que limitar esto de alguna forma?

-Aquí hay dos asuntos: que la Administración mire o no las horas que se están haciendo y la propia gestión de la empresa. Cuando llega la crisis y hay que hacer ajustes, sean reducciones de jornada porque no queda más remedio, traslados, etc., lo primordial es comunicarlo bien. Simplemente con una buena comunicación adquieres el compromiso del trabajador. Tienes que ofrecerle algo a cambio, no le puedes decir: "No hay dinero, vamos a reducir la jornada y ya está" o "Ahora hay que trabajar dos horas más al día", sin más explicaciones. Si das información de por qué y para qué hay que hacerlo, al trabajador le aportará más y lo hará encantado porque ganará en lo personal. Dirá: "Me tienen en cuenta" o "Mira qué lograré después".

-¿Hasta qué punto influyen los horarios y la dependencia del trabajo en la baja natalidad?

-En una empresa convive gente de distintas generaciones y para cada persona su concepto de vida y trabajo es diferente. Sí que se retrasa la edad de tener hijos y no se tienen muchos, pero creo que las nuevas generaciones muchas veces ni siquiera se plantean tenerlos.

-Un cambio importante en el mercado laboral de cara al futuro, y que tiene mucho que ver con la conciliación, es el teletrabajo. ¿Es positivo o, como apuntan algunos expertos, puede hacer a las personas esclavas del trabajo por estar disponibles a todas horas?

-El ser esclavo al final depende de ti, lo veo como un autónomo. Sí que es verdad que con el teletrabajo puedes realizar tus tareas a cualquier hora del día. Yo lo hago a veces y me permite tener un día en equilibrio, que es parte de la conciliación. El teletrabajo en algunos sectores es muy factible. También se analizó en el debate el presencialismo, que muchas veces no es necesario porque estamos presentes pero ausentes, sin producir. Es como el absentismo, que es la inversa del compromiso.