Ferroglobe dio ayer un paso más en su estrategia para vencer la resistencia que los trabajadores, la comarca de Fisterra, la Diputación, la Xunta y los grupos de la oposición en el Parlamento exhiben contra la venta de las seis centrales hidroeléctricas en los ríos Xallas y Grande que la multinacional negocia con grupos inversores aún a pesar de que sus concesiones están vinculadas a la actividad de ferroaleaciones en Cee y Dumbría, y de que el Gobierno gallego tendría que autorizarla.

El grupo al que pertenece Ferroatlántica prometió ayer invertir 9 millones en una fábrica de carbón vegetal con la que prevé crear 96 puestos de trabajo en Galicia. El proyecto sin embargo está condicionado a la venta de los saltos de agua porque como ya ha detallado la empresa, no dispone de liquidez para desarrollar nuevas iniciativas, incluida la fábrica de silicio solar en Sabón (Arteixo) que en septiembre presentó como un desarrollo cerrado. "El reto de este programa inversor solo es posible con la enajenación de actividades no estratégicas [...] como las centrales hidráulicas que la compañía tiene en España y Francia", justifica.

Según la prensa económica, que adelantó la negociación sobre la venta de las 12 centrales hidroeléctricas españolas y dos francesas que el grupo mantiene desde hace meses, la operación ascendería a unos 800 millones.

Ferroglobe detalla sin embargo que la fábrica de carbón vegetal está vinculada a la nueva planta de silicio solar de Sabón con un presupuesto de 42 millones -la mitad, financiados con un préstamo del Gobierno- y que utilizaría el carbón vegetal como materia prima para la fabricación de silicio solar.

La fábrica, cuya localización concreta en Galicia aún está por decidir, ocuparía 10.000 metros cuadrados y albergaría catorce hornos y dos equipos de secado para producir 15.000 toneladas de carbón vegetal al año. Consumiría 63.000 toneladas de madera al año (el 8% de la que se tala actualmente). El grupo promete desarrollar una tecnología para neutralizar emisiones, al usar el propio calor que se generará en la producción para secar la madera.