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Pescanova supera los ingresos de hace una década pero con un 40% menos de tamaño

Las desinversiones, quiebras y ajustes contables rebajan de 1.406 a 337 millones el valor de los activos productivos del grupo -Las ventas fuera de Europa, asignatura pendiente

La Pescanova "de la Champions" de la que alardeaban tiempo atrás en Chapela pasó de tener un inmovilizado material de 392,6 millones en 2004 a amasar otro de 1.406,7 en 2011, el ejercicio previo a la tercera emisión de bonos y la ampliación de 125 millones. Estas operaciones de capitalización no sirvieron para solapar el enorme apalancamiento de la compañía que, tras no poder amortizar una línea de crédito sindicado, se entregó al preconcurso en marzo de 2013. El proceso expansivo de Pescanova se devoró asimismo y el grupo ha vuelto a niveles de facturación de hace una década. En 2015 los ingresos ascendieron a 1.084,3 millones de euros, por encima de los 999 de 2005. Eso sí, entonces el valor de los activos productivos era de 552,2 millones de euros, un 40% más elevados que los actuales.

Los gestores de la multinacional han acometido hasta ahora tres ajustes severos en la valoración del inmovilizado material. El primero fue de la administración concursal, Deloitte; el segundo bajo la presidencia interina de Juan Manuel Urgoiti, con el grupo aún bajo supervisión judicial; y el último se elaboró con Jacobo González-Robatto como presidente y los acreedores como principales accionistas. Pero desde el estallido de la crisis Pescanova optó, en unos casos, y se vio obligada, en otros, a desprenderse de activos más o menos valiosos. Visto en perspectiva, la pesquera perdió las filiales por las que más se había hipotecado heredando solo las deudas.

En mayo de 2013 un tribunal estatal dictó sentencia de quiebra sobre Pesca Chile, la matriz del holding que Pescanova tenía en el país. Perdió la mayor flota chilena (nueve barcos, pero recompraría el Ila por cinco millones para Uruguay) y dos granjas salmoneras que le permitían competir en producto con gigantes como Marine Harvest o Austevoll. Había invertido 186 millones de euros desde 2011. Se quedó sin la macroplanta de rodaballo portuguesa, para la que busca comprador, y cerró la filial andaluza Acuinova SL. A la lista de desinversiones se suma el 50% de Austral Fisheries (ahora propiedad de Maruha Nichiro), Lafonia Seafood, Antarctic Fisheries, una pequeña parte de Promarisco y la factoría de Insuiña en Chapela.

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Teniendo en cuenta la evolución del volumen de negocio y la valoración de los activos, Pescanova tiene un mercado constante de más de 1.000 millones de euros, aunque necesita mejorar las ventas y rentabilizar la materia prima para volver a beneficios. La carrera expansiva -sufragada sin fondos propios e incluso con crédito a corto plazo, más caro- elevó el inmovilizado un 258%, pero los ingresos crecieron en el mismo periodo (2004-2009) menos de un 60%. El periodo de maduración de especies como el rodaballo o el salmón, que supera en ambos casos los doce meses, fue inasumible para las arcas de la compañía. El reto para la compañía será además el incremento de las ventas fuera de Europa: en 2005 representaban el 15,3% del total de ingresos, y en 2015 se quedaron en el 14,8%.

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