La dirección de la planta de Valadares del grupo Faurecia (Asientos de Galicia) quiere cerrar la negociación del nuevo convenio colectivo antes de la visita al centro el próximo martes de los máximos responsables de Compras y Gestión del Riesgo de Proveedores de PSA Peugeot Citroën, según ha podido saber FARO. La empresa confía en llegar a un acuerdo con el comité sobre el contenido del texto, en el que pretende incluir una batería de medidas de competitividad -incluyendo ajustes en materia económica y nuevos mecanismos de flexibilidad- que den garantías a la factoría en la puja por nuevos proyectos, sobre todo tras confirmarse la pérdida del paquete completo de asientos del proyecto K9 el pasado septiembre. Pero las posiciones de la dirección y el comité siguen distanciadas. Los representantes de la plantilla achacan el fracaso del K9 a dirección de la planta y rechazan que todo el esfuerzo recaiga sobre los trabajadores.
El mes de abril será "clave" para el futuro de Asientos de Galicia, según trasladó la empresa a sus 390 trabajadores. El próximo martes está prevista la visita a las instalaciones de Valadares del vicepresidente internacional de Compras y del responsable de Gestión del Riesgo de Proveedores de PSA, quienes previsiblemente evaluarán la planta de cara a nuevos proyectos con el fabricante francés, en concreto por el nuevo lanzamiento industrial por el que pelea la factoría de Balaídos, del que solo ha trascendido que aportaría volúmenes de producción nunca vistos. La dirección de Asientos reconoció que los responsables de PSA también visitarán "nuestra competencia de cara a valorar las capacidades de cada uno de ellos para llevar a cabo, con las mayores garantías, un proyecto de futuro". "Esta misma situación la vivimos con la adjudicación del K9 con el resultado que todos conocemos", añadió la empresa en un comunicado interno.
Por esa razón, y para evitar situaciones como la pérdida del K9 a manos del grupo Antolín -que obliga a buscar nuevos proyectos para mantener el volumen actual de empleo a partir del primer trimestre de 2018-, la empresa ve fundamental aprobar un plan de competitividad sobre la base de un nuevo convenio colectivo a tres años (2016-2018). Su planteamiento inicial incluía ajustes en materia salarial, la introducción de una nueva categoría profesional de entrada, extender la contratación parcial a los turnos de día, un nuevo turno central y cambios en la duración y la distribución de la jornada, lo que provocó el rechazo unánime de los representantes de los trabajadores, negativa que continuaba al menos hasta la semana pasada (el pasado 22 de marzo se celebró la novena reunión).
El comité de empresa expresó en varias ocasiones la pérdida de confianza en la actual dirección del centro por los "continuos engaños e incumplimientos de acuerdos", y la responsabiliza de la pérdida del proyecto K9 (la próxima generación de furgonetas de PSA y Opel que se lanzará en Vigo y Mangualde). Los representantes de los trabajadores también reprochan a los responsables de planta que sean incapaces de presentar alternativas y contrapartidas "convirtiendo la negociación en una imposición" y se niegan a que los sacrificios para lograr un nuevo proyecto recaigan sobre la plantilla.
La empresa había fijado como fecha máxima para alcanzar un acuerdo mañana jueves 31 de marzo. El centro vigués necesita captar como mínimo otro proyecto que reemplace el hueco que dejarán las actuales furgonetas de PSA (el proyecto B9, que representa el 60% de su producción y sostiene el turno de noche) a partir del primer trimestre de 2018. Asientos de Galicia es el cuarto fabricante de componentes de la comunidad por empleo y el tercero por facturación.
