Tanto para poder renegociar la hipoteca -era su intención cuando todavía era candidato- como para solicitar cualquier tipo de línea de liquidez el presidente de la CEG tiene que tener la aprobación de la mayoría de la asamblea (206 miembros) de las cuentas de 2014 y 2015. Esto es, un visto bueno a la herencia de Fernández Alvariño, lo que podría aflorar diferencias con la patronal de A Coruña o algunas sectoriales. También Ourense y Lugo se plantaron contra el empresario coruñés, de modo que el rescate económico de la patronal gallega pasa porque gran parte de sus asociados se desdiga de lo que consideró en el pasado.

Pero no es todo. Dieter Moure tendrá sobre la mesa, antes de convocar la asamblea, la exigencia de tres confederaciones provinciales y que atañen a la elaboración del censo. Pontevedra reclamará que se equipare el peso de su provincia con el de A Coruña, que tiene ocho vocales más, y se sumará a la de Ourense y Lugo para reclamar que las sectoriales solo tengan votos por las provincias donde tienen presencia. Esto reduciría su peso (ahora tienen 72 votos) y causaría malestar entre los mentores del patrón.