La multinacional española Gestamp, uno de los mayores fabricantes de componentes metálicos para la automoción del mundo, acaba de constituir su primer comité de empresa europeo, cuya presidencia ha recaído en el español José Manuel López Conde (Tximi), de Gestamp Bizkaia. Tximi ha elegido la planta de Porriño de Gestamp Vigo para su primera visita a un centro en España. La factoría, con 300 trabajadores en plantilla, tiene entre sus principales clientes a PSA Peugeot Citroën y Renault.
-¿Por qué Gestamp Vigo para su primera visita?
-Primero porque la planta no está atravesando una situación boyante en cuanto a carga de trabajo, y segundo porque uno de los principales deberes del nuevo comité europeo es tener información sobre los flujos de trabajo de un país a otro. En Gestamp Vigo se da la casuística de que está muy cerca del centro de Portugal, y podrían existir en el futuro trasvases de una planta a otra. Hemos venido para dejar claro que a partir de la constitución del comité cualquier movimiento en este sentido tiene que comunicarse previamente.
-¿Cuál es el diagnóstico de la planta de Porriño?
-Es la tercera vez que vengo a Gestamp Vigo, y con respecto a mis primeras visitas solo he visto una línea de trabajo diferente a las que solía haber. No he visto inversiones en los últimos tiempos ni que haya proyectos de futuro instalados; me preocupa. La dirección nos transmite que está intentando traer carga de trabajo, pero que no prevé esa llegada a corto-medio plazo. Digamos que los proyectos más inminentes no llegarán hasta 2018.
-Gestamp Vigo ya sufrió una reestructuración hace unos años.
-Se sigue en ella. Se aprobó un plan de reestructuración para un periodo de tres años, y estamos en el año dos. Se habían acordado prejubilaciones y un expediente de suspensión de empleo para compensar la bajada de la carga de trabajo.
-A principios de año, la dirección de la planta puso sobre la mesa la necesidad de reducir salarios y realizar otros ajustes para mejorar la competitividad y pujar por pedidos de Nissan y Ford.
-Ese plan de viabilidad, que supondría una modificación del acuerdo anterior, de momento se encuentra en stand by. Fue rechazado por parte de los trabajadores de manera mayoritaria y la empresa no ha vuelto a tratarlo.
-¿No es competitiva la planta?
-Sí que lo es. Pero no está sola. Gestamp es ahora mismo el tercer fabricante mundial de componentes de automoción, pero con nosotros están también Benteler y Magna como competidores directos. Y el proyecto que podría haber dado carga de trabajo y serenidad durante los años 2014, 2015 y 2016 al centro de Porriño se lo llevó Benteler. En este sentido, pues nos han dejado en offside.
-¿Y será posible aguantar hasta 2018?
-Sí, lo que está claro es que la dirección no contempla el cierre de la planta en ningún caso. De hecho, se está haciendo un esfuerzo para trasladar carga de trabajo de otras fábricas del grupo en España a Porriño. Se están trayendo pedidos de Nissan-Barcelona o Renault que tendría más sentido hacerlos en Palencia, por ejemplo. El compromiso de la compañía por el mantenimiento de la planta y de los empleos es firme.
-La planta de Vila Nova de Cerveira, ¿supone una amenaza para la actividad en Porriño?
-Lo que está claro es que nosotros en coste salarial jamás podremos competir con Portugal. Nuestro know-how debe ser nuestro punto fuerte. En la visita a la planta de Porriño he visto la instalación de una línea de soldadura láser que es la más moderna del grupo Gestamp. Es como te decía una muestra del compromiso de la compañía con esta planta.
-El grupo atraviesa un momento dulce.
-Hemos pasado la crisis sin cerrar ningún centro de trabajo. Es más, hemos crecido en número de trabajadores, tanto indefinidos como eventuales, ya que el grupo ha comprado dos multinacionales: una es Esdcha, por un euro en un concurso de acreedores a nivel europeo (más el pasivo), y Metal Forming, del grupo alemán ThyssenKrupp. Hemos crecido en 5.000 trabajadores a nivel europeo.