Vigo fue la ciudad elegida para el primer desembarco en Galicia de El Corte Inglés. El 12 de septiembre de 1975 abrían sus puertas los grandes almacenes en las instalaciones de la Gran Vía. Ramón Areces, tío de Isidoro Álvarez y presidente del consejo de administración de la firma entonces presidió el acto de inauguración al que asistieron millares de invitados. "Venimos a servir a Vigo y a Galicia. Ya somos gallegos y hemos de hablar gallego en adelante", aseguró.

A lo largo de cinco plantas y con más de 200 cientos, se presentaban miles de artículo en una construcción que era todo un alarde técnico para técnica en aquellos años. El acto de inauguración constituyó un gran acontecimiento social en el que tuvo presencia destacada Isidoro Álvarez, impulsor de la apertura del centro comercial como director general de El Corte Inglés, un cargo que abandonó para suceder a su tío en la presidencia del consejo.

La apertura de los grandes almacenes dio a Vigo el rango de centro comercial de Galicia, y hasta la ciudad olívica se desplazaban clientes de toda la comunidad para realizar sus compras en El Corte Inglés. El centro comercial de A Coruña se abrió una década después.

Obra de los arquitectos Pedro Vilete y Emilio Bugallo, las ocho plantas construidas, más el ático, ocupaban en la Gran Vía viguesa 65.300 metros cuadrados, de los que 34.000 se dedicaban a tienda , 13.410 a estacionamientos y los otros 17.000 a servicios. El Corte Inglés de Vigo comenzó su andadura con 1.200 empleados.

Los grandes escaparates en toda la manzana actuaban como reclamo comercial, mientras que en el interior por primera vez se reunían todo tipo de servicios y de tiendas: agencias de viajes, estancos, peluquería, listas de boda, hogar, decoración, ropa, moneda extranjera, teléfonos públicos, envíos, devoluciones... Una auténtica revolución del comercio.

Autoridades políticas de Vigo y Pontevedra, con los alcaldes de ambas ciudades al frente, acompañadas por el subsecretario de Comercio, asistieron en aquel noviembre de 1975 a la bendición de las instalaciones de El Corte Inglés. Un acto que recayó en el guardián de los Capuchinos y párroco de la zona donde se ubicaban los grandes almacenes. Entre los numerosos invitados figuraba la Mis España de aquel año, Olga Fernández, una joven vecina de Cangas.