Luis Novoa (Lobios, 1947) cogió el pasado 31 de julio las riendas de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) con la misión de acompañar a la organización en su paso hacia una nueva etapa tras la marcha de José Manuel Fernández Alvariño a la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). Será ahora la Asamblea General de la CEP la que decida en el plazo de tres o cuatro meses si confirma la continuidad de este industrial metalúrgico en la presidencia para el tiempo que resta del actual mandato (hasta 2015) o si convoca elecciones. Concede a FARO su primera entrevista al frente de la patronal pontevedresa.

-¿Le consta que haya más empresarios interesados en la presidencia de la CEP?

-Ahora mismo, que yo sepa, no. Alguien llegó a manifestarse en este sentido, pero personalmente me dijo que no, que era un bulo. Aunque están en su derecho. Cada uno es libre de presentarse si lo considera conveniente o cree que lo puede hacer mejor. Éste no es un cargo político, ni remunerado. Si alguien lo puede hacer mejor, adelante.

-¿Qué espera de esta etapa?

-Las prioridades son contribuir desde la CEP a resolver los problemas que actualmente tienen las empresas y los empresarios. Por eso una de mis primeras actuaciones será recorrer los diferentes núcleos empresariales de la provincia para conocer sus preocupaciones, aunque a priori pueda intuir muchas de ellas.

-¿Como cuáles?

-El principal problema es la falta de crédito y la necesidad de mejorar la competitividad de las empresas.

-¿No ha mejorado la situación financiera?

-El mercado sigue muy cerrado. Las entidades financieras son cortoplacistas, al menos hasta ahora. No se dan cuenta de que sin tejido empresarial a medio y largo plazo no van a poder subsistir. Sus principales clientes, al margen de las familias, son las empresas. Pero si éstas no crean puestos de trabajo y no hay ingresos suficientes las familias no consumen, y sin consumo? Es un poco la pescadilla que se muerde la cola. Da la sensación de que ahora empiezan a abrirse un poco más al mercado, pero con un coste del crédito altísimo. Triplica el precio que tienen en Alemania, por ejemplo, lo cual nos está creando un serio problema de competitividad.

-La desaparición de las cajas, ¿en qué medida les ha afectado?

-Las cajas han creado una problemática importante para las pymes. Mucha gente no se da cuenta de este tema, pero cada vez se nota más. La proximidad de las cajas, su filosofía no precisamente especulativa, al margen de que se hayan cometido errores, beneficiaba al pequeño empresario. Cumplían una función económica y social importantísima. Es un golpe importante a la línea de flotación de las empresas.

-¿Cómo ve la situación económica de la provincia?

-Sus problemas no son distintos de los del conjunto de España o de Europa, pero la provincia tiene una serie de ventajas competitivas sobre el resto del territorio, como son su posición estratégica con respecto a Portugal y las excelentes relaciones con Latinoamérica. Las exportaciones evolucionan satisfactoriamente, la reforma laboral está empezando a dar resultados y aparecen otros síntomas como la subida de las ventas de coches que me llevan a pensar que el inicio de la recuperación económica puede estar cerca.

-¿Qué sectores lo tienen más difícil?

-Como presidente de la CEP me preocupo por todos, pero la atención se centra más en aquellos que son estratégicos para la provincia: automoción, textil, agroalimentación, piedra-granito, turismo... El comercio atraviesa un problema estructural cuya solución implica también a las administraciones públicas. En el naval estamos pendientes de la repercusión del tax lease; en la pesca, de la restricción de cuotas, los cambios normativos y los acuerdos europeos.

-¿Se ha perdido vocación emprendedora con la crisis en Pontevedra?

-La crisis se ha llevado por delante unas 13.000 empresas. Estamos viviendo una crisis como nunca se ha vivido; es como un caballo desbocado, intentas que no se salga del camino, pero haces lo que puedes. Tenemos que estar muy atentos para irnos adaptando a los cambios. Los empresarios tienen que reinventarse todos los días para conseguir diferenciarse en el mercado y tener productos más competitivos.

-¿Cree que se está castigando a la provincia y sobre todo a Vigo en materia portuaria y aeroportuaria?

-No creo en complots o castigos premeditados contra ciudades o provincias. Las subvenciones a las compañías aéreas distorsionan la demanda, por lo que desde la CEP venimos defendiendo la supresión de las ayudas directas. Lo que no es de recibo es que algunos lugares se mantengan y en Vigo se considere que no proceden. Es urgente restablecer un comité de rutas que cumpla realmente las funciones de coordinación y siempre estableciendo las mismas condiciones para todos. La solución pasa por la especialización en destinos y tráficos y tanto Fomento como la Xunta tienen el deber y la obligación de ejecutar propuestas viables y eficaces. Si queremos hacer de Peinador un aeropuerto competitivo en pasajeros y mercancías, hay que seguir invirtiendo en mejorar las comunicaciones y las conexiones que son deficientes. En cuanto al Puerto de Vigo, he de reconocer el desconcierto que me ha producido su exclusión de la Red Nodal Europea. Pienso que ha estado mal gestionado y que ahora, a corto plazo, es difícil de cambiar, a pesar de los esfuerzos que se han hecho desde la Autoridad Portuaria o desde la propia Xunta.