La cadena de electrodomésticos francesa Darty, que en 2007 compró la compañía gallega San Luis, abandona el mercado español y antes del fin de junio cerrará sus 43 tiendas y despedirá a sus 650 trabajadores. La medida afecta a los diez establecimientos que la marca tiene en Galicia, que dan empleo a unos 150 trabajadores, entre vendedores y personal de logística.

A Coruña es la provincia más afectada, con seis establecimientos; tres en la ciudad, otros dos en Santiago y uno en Ferrol, en los que se distribuyen 60 trabajadores, 36 de ellos en la ciudad (Plaza de Pontevedra, Os Rosales y Dolce Vita). El grupo cuenta con otros tres establecimientos en Pontevedra (uno en la capital y dos en Vigo) con un total de 60 empleados y otro en Ourense, el único de Galicia que mantiene la marca San Luis. La comunidad contaba con otra tienda en Lugo que cerró hace un mes.

La compañía, de capital francés, explica que ha tomado la decisión tras acumular unas pérdidas de 74 millones desde que se hizo con San Luis y Menaje del Hogar en 2007, y tras comprobar que el incremento de la cuota de mercado en el país no se reflejaba en unos resultados positivos. La dirección ya había anunciado el pasado noviembre su pretensión de vender Darty Hispana a otro operador, en la misma línea que siguió PC City, y avanzó un replanteamiento de su negocio en España, República Checa, Turquía e Italia, mercado que abandonó hace un mes tras vender las 20 tiendas que gestionaba a una firma local.

Desde la creación de Darty Hispana Kesa Electricals ha inyectado cerca de 200 millones en provisiones en su filial española para compensar las pérdidas acumuladas, según informaba ayer el portal Alimarket, pese a lo cual no ha conseguido reflotar el negocio en España. "Mejorar significativamente nuestra posición sería un largo y potencialmente costoso viaje sin garantías de éxito e lo que seguiría siendo un mercado muy complicado", justificó ayer el presidente de Darty, Alan Parker.

Los trabajadores no ocultan que las ventas de la cadena no son las que eran hace años aunque advierten de que la organización de la empresa y el servicio prestado a los clientes ha tenido mucho que ver en la deriva de las tiendas del grupo que "ya nada tienen que ver" con lo que en su día fue San Luis, como explica Iván Eijo, delegado de CC OO en el comité de empresa, quien recuerda que los empleados dieron "todas las facilidades". Tienen el sueldo congelado desde hace año y medio, encadenaron tres ERE y aceptaron el cierre de tiendas que "parecía lógico" clausurar.

"La gestión ha sido pésima. Hay unas diferencias salariales muy grandes entre los vendedores y los cargos intermedios, no se apostó por la promoción interna, sino que hubo fichajes de fuera, ampliaron los tramos de ventas con derecho a comisión y la gente estaba desmotivada y luego se tomaron decisiones muy malas, como abrir la tienda de Dolce Vita seis meses antes de la inauguración de Marineda City o la apertura una tienda en Santiago seis meses antes que el centro comercial As Cancelas", explica el sindicalista, quien advierte además de que alguna mercancía "era invendible" y que la empresa prefirió no invertir en publicidad "para ahorrar". Gestión que Eijo contrapone con la realizada por San Luis, con una planificación muy organizada.