Después de varios meses al borde del abismo, la conservera Alfageme presentó ayer solicitud de concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos. Según pudo saber este diario de fuentes sindicales fue la propia familia Lago, propietaria del grupo conservero y de la inmobiliaria Promalar, la que tomó la decisión presentando ayer toda la documentación necesaria en un juzgado de lo Mercantil de Pontevedra. Y lo hizo de espaldas a los sindicatos que, desde hace varios días, temían la anunciada muerte del grupo, con cuatro fábricas –en Vigo, Vilaxoán, Ribadumia y O Grove– y unos 350 trabajadores.

El mismo día en que los propietarios de la conservera solicitaban entrar en concurso de acreedores, la desesperación y la agonía llevaban a los trabajadores de Ribadumia y Vigo a acciones de presión ante los directivos de la empresa para exigirles "respuestas inmediatas". Las tuvieron en Ribadumia, pero éstas fueron las peores de las posibles. El concurso de acreedores deja pendiente de un hilo una de las conserveras más emblemáticas del Salnés y de Vigo.

La empresa no atendió ayer la llamada de este diario para confirmar la nueva situación y tampoco desde la Consellería de Economía, de la que depende el Igape, se ofreció información sobre el asunto. La propia Xunta había urgido una solución inmediata a los propietarios en vista de que las opciones de compra no parecían viables, según fuentes del sector.

Desde CIG, el secretario nacional de la Federación Nacional de Alimentación, Xosé Fernández Piñeiro, confirmó la prestación del concurso de acreedores y recordó que "era un anuncio que veníamos haciendo desde hace tiempo mientras la propiedad de la empresa sólo esperaba por una oferta millonaria; y la Administración parece que tampoco jugó todas sus cartas para salvar la empresa".

Así, recordó que "por los créditos y avales concedidos, tanto el Igape como las entidades acreedoras pudieron hacer algo más facilitar las cosas a un comprador que nos consta que ya existía y al menos salvar la mitad de los puestos de trabajo".

Por su parte, desde el comité de empresa de Vigo, José Carlos García, de UGT, que también confirmó el concurso de acreedores, resumió la situación con un expresivo "estábamos en el corredor de la muerte y ahora ya nos dieron la puntilla".

Los representantes de los trabajadores del grupo estudiarán en los próximos días su estrategia jurídica y sindical ante la nueva situación del grupo.