Carmela Arias y Díaz de Rábago falleció ayer en su domicilio de la plaza de María Pita a los 89 años, 38 de ellos consagrados a continuar, impulsar y agigantar el legado económico, financiero, cultural y social que recibió en 1971 tras la muerte de su marido, Pedro Barrié de la Maza. Su viudez la convirtió en la primera mujer de España que presidió una entidad bancaria, Banco Pastor, y la situó al frente de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, constituida en vida por su esposo. A esa institución volcó, como su marido antes, su esfuerzo y su patrimonio personal en, según sus palabras, una "apuesta por la cultura en mayúsculas" y una "contribución a elevar el nivel económico y cultural de la sociedad, muy especialmente en Galicia".

El óbito de la condesa de Fenosa se conoció a las 10.10 horas con un escueto comunicado de la institución sociocultural. "El vicepresidente de la Fundación Pedro Barrié de la Maza y presidente de Banco Pastor, don José María Arias Mosquera, comunica el fallecimiento de la presidenta de la fundación y presidenta de honor de Banco Pastor, doña Carmela Arias y Díaz de Rábago, condesa de Fenosa, en la mañana de hoy [por ayer], 27 de octubre de 2009, en su domicilio de A Coruña".

La noticia generó infinitas condolencias públicas ante la muerte de quien prefirió vivir su vida desde la privacidad y discreción que permitían estar al mando del mayor banco de Galicia. Así es su muerte. La familia vela a la condesa en su domicilio sin recibir duelo público y le dará sepultura en un entierro privado. Mañana se oficiará un funeral en su memoria en la iglesia de San Jorge a las 20.00 horas.

La condesa de Fenosa simbolizaba un estilo de vida enraizado en A Coruña desde su nacimiento en la calle Damas, en la Ciudad Vieja, el 20 de febrero de 1920. En la ciudad creció sus primeros siete años, hasta que el nombramiento de su padre, Vicente Arias de la Maza, como secretario de la Junta de Obras del Puerto de Barcelona desplazó a la familia al este. Su afición a las matemáticas y al dibujo la animó a matricularse en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Esa carrera académica la truncó una grave enfermedad a los 21 años. "Las venas se acartonan en los bronquios y al dilatarse producen hemorragias con cualquier cambio", relató una de las pocas veces que se refirió en público a su dolencia.

Animada por Pedro Barrié de la Maza, primo de su padre, Carmela Arias viajó en 1953 a Estocolmo, donde fue intervenida, y curada, de su enfermedad. El "tío Pedro" solía acudir a casa de la familia de Carmela Díaz. La amistad derivó en amor y el amor, en boda en diciembre de 1966. Él tenía 76 años y ella, 46. El enlace, como muchos otros episodios vitales de la condesa de Fenosa, se ofició en la intimidad.

La unión superó los límites de la familia. Desde el principio, Pedro Barrié de la Maza vio en Carmela Arias una continuidad de su faceta de banquero y empresario. Poco a poco la elevó a puestos de responsabilidad. "Nadie defenderá con tanto amor como tú todo lo que dejo", decía el marido a su esposa, según relata Alfonso González Catoyra en sus Biografías coruñesas. En febrero de 1970, el consejo de administración de Banco Pastor la nombró vicepresidenta.

Un año después, en marzo de 1971, después de la muerte de su marido, Carmela Arias asume las presidencias de Banco Pastor, de la Fundación Pedro Barrié de la Maza y de Gas Madrid, y la vicepresidencia de Fenosa, fundada por su esposo en 1943. "Desde ese momento, su labor se encaminó a perpetuar el legado de su esposo en sus dos vertientes: la empresarial y la de mecenazgo", recordaba ayer la fundación.

"Mi marido —declaraba la condesa a Abc en 1976— está presente siempre y sólo él me da el valor de las decisiones y la voluntad del trabajo". Esa devoción por Pedro Barrié, ese tesón por seguir sus pasos, la llevó a emularle al aportar en 1981 su fortuna, excepto sus casas de su familia, al patrimonio de la fundación.

A lo largo de 28 años, Carmela Arias gobernó desde primera línea Banco Pastor y la institución sociocultural. El relevo lo abrió el 5 de mayo de 1999, cuando nombró a su sobrino José María Arias Mosquera como su sucesor en la presidencia de la fundación. Y lo selló, por sorpresa, el 27 de septiembre de 2001, cuando, "por razones de edad", renunció a la presidencia del Pastor en favor de su sobrino José María. A la entidad financiera siguió ligada como consejera y presidenta de honor.

Volcada en sus últimos años en la fundación, Carmela Arias disfrutó en vida del reconocimiento público. El 28 de septiembre de 2001, el Rey don Juan Carlos le concedió el Condado de Fenosa "en atención a los méritos contraídos", dado que el título otorgado a su marido se extinguía al fallecimiento de éste al carecer de descendencia directa.

Entre sus cargos y condecoraciones, figuran la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran Cruz de la Orden Civil de la Beneficencia, Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco, hija predilecta de A Coruña, presidenta de honor de Unión Fenosa, doctorado honoris causa de la Universidade de A Coruña e Insignia de Oro de la Cruz Roja. También recibió las medallas Castelao de la Xunta, de honor de la Asociación Española de Fundaciones y de oro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer y de la Cámara de Comercio de A Coruña. Era miembro de honor de la Real Academia Galega de Ciencias y de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario.

El último homenaje le acaba de llegar. El recién inaugurado centro de inserción de presos de la Torre se llamará Carmela Arias y Díaz de Rábago en reconocimiento a su apoyo a la reintegración social de reclusos.