Cándido González lleva toda su vida en el sector del metal. Fue trabajador y líder sindical a principio de los años 70 en Censa. Con cinco compañeros fundó Ganomagoga, empresa que se especializó en montajes y piezas para los sectores del automóvil y naval. La firma construyó, por ejemplo, las toberas y los bulbos de los barcos de la flota pesquera rusa que se hicieron en astilleros vigueses. También monta las líneas de producción de varias plantas automovilísticas, entre ellas la de PSA:

-¿En qué situación se encuentra la demanda de torres eólicas en España?

-Está sufriendo un fuerte parón porque, aunque existen proyectos en marcha, las empresas tienen muchas dificultades para financiarse.

-¿Cree que el Plan Eólico de Galicia puede ser una buena oportunidad para recuperar el mercado interior?

-En estos momentos se encuentra paralizado y las expectativas de construcción de torres se han desvanecido. Para nuestro sector es importante que salga cuanto antes. Si en el sector de la construcción ha sufrido un fuerte parón, éste ha sido mayor en el nuestro. Nos salva la exportación al extranjero.

-¿Pero hubo momentos buenos?

-Muy buenos. Lo que ocurrió es que en esos momentos los constructores se adelantaron a los pedidos y lo que está saliendo ahora es lo había en stock y la producción se ha paralizado.

-¿Se encuentra Galicia en un lugar adecuado para exportar estas piezas gigantescas?

-En problema más grande que tenemos no es el transporte de estas piezas, sino el poco espacio con el que contamos en el puerto de Vigo para almacenaje. Las piezas para cargar un barco son muchas y muy grandes y todas tienen que estar en el muelle porque hay que cargarlas en uno o dos días, sin son más los costes harían que dejáramos de ser competitivos. Soy vigués y apuesto por sus instalaciones, no me gustaría tener que enviar las piezas a embarcar al puerto exterior de Ferrol.