“Liberad a nuestros marineros”. Galicia clama por el regreso a casa de los 36 tripulantes -ocho gallegos- del atunero vasco Alakrana, que permanece secuestrado en aguas de Somalia desde hace 22 días y ayer lo demostró en las cinco concentraciones para exigir que termine su cautiverio y mostrar apoyo a sus familias. Baiona, Cangas, Moaña, Valga y Ribeira acogieron actos solidarios ante sus ayuntamientos, en los que se leyó un escueto manifiesto común, consensuado también con los municipios vascos con vecinos a bordo del pesquero, que organizaron una movilización en Bermeo, puerto base del buque.

La convocatoria más numerosa fue la de la Baiona, donde unas quinientas personas acudieron a la plaza de ayuntamiento para ofrecer su respaldo a sus vecinos secuestrados y a sus parientes. Los asistentes fueron puntuales y se concentraron a las doce en el punto fijado, así que enseguida comenzó la lectura del manifiesto a cargo de una joven con experiencia en sufrimientos similares, Rosa María Álvarez, hija del baionés Amadeo Álvarez, patrón del Playa de Bakio, cuyo secuestro duró seis días en mayo del pasado año. Tras mostrar la solidaridad tanto a los tripulantes del Alakrana y a sus familias, la joven reclamó también “las medidas necesarias para que la negociación termine y que nuestros marineros lleguen a cas pronto, sanos y salvos”.

Los aplausos a la intervención disolvieron enseguida la reunión, en la que participaron los regidores de Baiona, Nigrán, Gondomar, A Guarda, el concejal de Turismo de Oia, ediles, miembros de los distintos partidos políticos e incluso diputados estatales. El Gobierno de la Xunta remitió un telegrama a cada uno de los ayuntamientos en los que estaba prevista una concentración para mostrar su “apoio e ánimo” a los familiares de los pescadores apresados.

Sólo el Ejecutivo central se expresó de forma negativa respecto a los actos solidarios. La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Elena Espinosa, advirtió de que no se puede “jugar políticamente” con “situaciones tan delicadas” como la del pesquero cautivo. La titular de la Administración pesquera expresó su “respeto total” hacia “quien se quiera manifestar”, aunque realizó un llamamiento para censurar el uso político de esta situación.

Espinosa defendió que la “prioridad” del Gobierno central es “liberar” a los 36 tripulantes del atunero vasco “lo más rápido posible” por su bien y el de sus familias. “Estamos haciendo todo lo que podemos desde el punto de vista diplomático, redoblando los esfuerzos para que se pueda producir la liberación”, aseveró. A pesar de reconocer que no se puede decir “cuándo” tendrá lugar esa liberación, confió en que “no se retrase mucho más”.

Nuevo contacto telefónico

El optimismo llegaba también a los hogares de los tripulantes del buque. Después de una semana sin contacto, el baionés Ricardo Blach, patrón del atunero, llamó a su familia y pidió a su mujer y a su hija cristina que estén tranquilas. “Dijo que están cansados, pero bien de ánimo, que les siguen permitiendo ducharse”, explicó la joven tras la concentración. Su padre le contó también que él y el capitán del barco están separados del resto de tripulantes. “Supongo que así será más fácil dejarles llamar a la familia”, relató la hija de Ricardo Blach, que aprovechó la conversación para contar a su progenitor que se iba a celebrar el acto solidario en Baiona y que el Gobierno prevé cambiar la ley para que los pesqueros puedan navegar con armas a bordo.

Respecto a los trámites diplomáticos y las declaraciones de los secuestradores, Blach afirmó que “a mí lo que digan los piratas me entra por un oído y me sale por el otro. Tampoco me importan las negociaciones, sino que se resuelva rápido el asunto”, añadió.

Todos los familiares mostraron su agradecimiento a los asistentes a la convocatoria. Silvia Albés, esposa de Pablo Costas, engrasador del atunero, manifestó que el de ayer fue “un día de ánimo dentro del sufrimiento que vivimos”. “El armador nos llamó a primera hora para decir que estaban bien”, apuntó esta vecina de Gondomar que no puede dejar de pensar “en el calvario que todos ellos estarán pasando a bordo del barco porque son ya muchos días”.

En similares términos se expresó la joven encargada de leer la declaración pública en la concentración, Rosa María Álvarez, hija del patrón del atunero secuestrado hace año y medio, cuya familia comprende bien la situación de los parientes de los marineros del Alakrana. “Nosotros sufrimos seis días y no podemos dejar de recordar lo que pueden estar pasando ahora tanto tiempo”.

Las jornadas pasan despacio para Antonio Costas, hermano de Pablo Costas. Tenía que embarcarse para dar el relevo a su hermano el martes, día 20. “Sólo deseo que esto pase pronto para sustituir a mi hermano”. Antonio ya ha confimado a la armadora Etxebastar Fleet que se incorporará a la tripulación del Alakrana en la próxima marea, en cuanto termine este suplicio, pero asegura que no todos sus compañeros lo harán. “La gente tiene miedo porque esto es muy duro”, añade.

Por su parte, el Concello de Valga se sumó también ayer a las concentraciones en apoyo a los marineros secuestrados en el “Alakrana” . Una treintena de personas salieron a la puerta de la casa consistorial, donde el alcalde, José María Bello Maneiro, tuvo palabras de recuerdo para José Antonio García, marineros del atunero vasco y residente en Valga. Mientras. en la banda norte de la ría de Arousa, acogieron concentraciones Boiro y Ribeira, informa Manuel Méndez.