El sector de la promoción inmobiliaria se encuentra cercado. Sus vías tradicionales de negocio están agotadas por falta de financiación. Hace dos años, cuando se comenzó a detectar la ralentización de la construcción en España, numerosos empresarios gallegos decidieron emprender nuevos negocios en terceros países. Cabo Verde fue uno de los primeros y más tarde algunos del Este de Europa -Polonia, Rumania, Chequia y Eslovaquia- y de Latinoamérica -Brasil, Panamá y México-.

Ahora los promotores no pueden seguir con su expansión internacional por falta de liquidez y porque los créditos bancarios no les llegan.

"Un 30% de los promotores inmobiliarios gallegos habían desembarcado en algunos de estos países. Las expectativas de negocio son magníficas y es una salida importante para el mantenimiento de las empresas mientras que el sector en España se encuentra casi paralizado", explica Javier Garrido Valenzuela, presidente de la Federación de Promotores Inmobiliarios de Galicia.

Además de Cabo Verde, que goza de un impresionante crecimiento económico gracias, fundamentalmente, al turismo, los promotores gallegos están muy interesados en las oportunidades que les ofrece Brasil.

"Lula da Silva ha puesto en marcha un macroproyecto para realojar a los millones de personas que viven en condiciones infrahumanas en las favelas que cercan las grandes ciudades. Se trata de ofrecer viviendas dignas a precios módicos de entre 20.000 y 30.000 euros, con financiación del Estado", indica Garrido Valenzuela.

Sin embargo, a los promotores gallegos les es imposible conseguir financiación en Brasil para la compra de suelo por no ser nacionales. Esto les obliga a ir con el dinero por delante, dinero que tampoco consiguen de las entidades españolas.

Enlaces gallegos

Los promotores gallegos habían creado una red de negocios en el exterior que funcionaba perfectamente. "Teníamos compañeros que habían hecho promociones y nos informaban de las posibilidades de negocio. Además gozábamos de garantías jurídicas que sostenían nuestros proyectos, ya que bufetes de abogados españoles nos servían de asesores. El 30% de los promotores gallegos ya tenían negocios fuera, pero otros muchos estaban a punto de salir cuando las entidades financieras cerraron el grifo crediticio", asegura Javier Garrido.

Apoyo financiero

Para seguir ganando terreno en el exterior, los promotores urgen a las administraciones que insten a las entidades financieras a poner los fondos públicos que les han sido concedidos en manos de las empresas.

Mientras tanto, el presidente de la Federación de Promotores Inmobiliarios de Galicia cree que una de las vías para solventar los problemas del sector pasa por los fondos del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Este organismo, a través del Igape, pondrá a disposición de las empresas gallegas créditos por valor de 2.000 millones de euros.

"Tenemos la necesidad de participar, como el resto de las empresas, en las líneas de financiación que ponga en marcha el ICO. De lo contrario las promotoras gallegas están condenadas a desaparecer. La falta de confianza no es entre los promotores y consumidores, sino de las entidades bancarias entre sí. Nosotros sufrimos las consecuencias de las quiebras y fraudes del sector financiero", afirma Javier Garrido.