Redefinir las reglas de juego del sistema financiero internacional no es fácil, y por supuesto, no se logrará en una sola reunión. Economistas y analistas gallegos aseguran para FARO que la cumbre de mañana del G-20 en Washington, a la que España, al igual que Holanda, acudirá invitada por el presidente francés Nicolas Sarkozy, es sólo el comienzo de una "difícil reforma" del orden financiero internacional y de los excesos que han llevado a la actual crisis mundial. La necesidad de un mayor control y supervisión del sistema marcará el inicio de la reunión, y es ahí donde España puede contribuir a allanar el camino con su experiencia, según estos expertos.

"Es evidente que España tiene que estar en todas las reuniones donde se discuta sobre la arquitectura financiera internacional", asegura Santiago Lago Peñas, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo. La razón, a su juicio evidente, es la "buena posición" en términos comparativos en que se sitúa el sistema financiero español respecto a otros a priori con mayor tradición. "Tenemos tamaño y mucho que contar", apunta.

La cumbre del G-20 de países industrializados y emergentes pivotará principalmente sobre la necesidad de incrementar las medidas de control y supervisión de los mercados financieros para evitar que la recesión se estanque. El problema, según los analistas, es que mientras el sistema financiero actual, de libre mercado, se ha "globalizado", los organismos de control permanecen en su mayoría bajo la potestad de los diferentes gobiernos, incluso en Europa.

"Eso lo hemos visto hace poco en Europa, cuando los bancos empezaron a pedir auxilio y cada gobierno barrió para su casa, incluso con medidas que podrían rayar la competencia desleal", argumenta Víctor Montes, analista económico e investigador de la Universidad de Vigo. En este sentido, la tarea de llegar un consenso será "complicada" ya que algunos países querrán mantener a toda costa la máxima libertad posible para su sistema financiero.

Agencias

Dentro de esa urgencia por extremar los controles del orden financiero, los gobiernos -incluido el español- darán prioridad a una nueva regulación de las agencias de calificación o "rating", cuya misión es juzgar y calificar los niveles de riesgo corporativo, y que fracasaron en su labor al no saber anticipar lo que ha sucedido.

"Es preciso cambiar la metodología societaria de las agencias de valoración. Si dependen de los bancos para ganar dinero, es lógico que los valorasen bien. Ésa es la causa", apunta Irene Pisón, catedrática de Economía de la Universidad de Vigo.

Los analistas destacan también el peso que gigantes emergentes como China, India o Brasil tendrán a la hora de coordinar acciones y estimular la economía mundial.