Es ésta una entrevista realizada en varias tomas, imposición de la actual vorágine vital de su protagonista. Comienza en un autobús, camino de una manifestación en A Coruña. Continúa, el mismo día por la tarde, en Vigo, en una protesta contra la ministra Espinosa que se salda con dos compañeros heridos y concluye, al día siguiente, en su despacho de A Guarda un sábado por la tarde sin derecho a descanso, cuando Conchi lleva ya dos reuniones en el cuerpo e incontables gestiones telefónicas. Así es su vida desde hace unas semanas, desde que la actual crisis le hizo a asumir una febril actividad que la lleva sin tregua de Madrid a Burela, de A Coruña a Vigo y "a donde haga falta" para defender la supervivencia de un sector que la apasiona tanto como el mar al que sale cuando puede en su pequeño barco "a pescar caballas, que es lo que más me relaja".

- Usted es directiva de Cepesca pero participó en la creación de la Plataforma en Defensa del Sector Pesquero, nacida por decisión de unos armadores que decían no sentirse representados por organizaciones como Cepesca. ¿No es contradictorio?

- No es contradictorio. Cuando se organizó la Plataforma, me pareció adecuado acudir y unirnos a otros sectores de la pesca afectados por la misma crisis, cada uno con sus especificidades y desde el 19 de mayo, con motivo de la organización de la manifestación de Madrid, mi trabajo se centra en unir a Cepesca y la Plataforma, trabajar como puente entre las dos organizaciones.

- ¿Lo ha logrado?

- Ante este momento crítico que vivimos lo más importante es la unidad y en este momento es total. La creación de la Plataforma se veía venir desde hace tiempo porque hay muchos armadores y muchos puertos de bajura que no están en Cepesca y necesitaban organizarse frente a esta situación de crisis tan grave y estar representados. Las bases, además, reclamaban acción a los dirigentes del sector. Ahora mismo hay una gran unidad, aunque éste sea un sector muy disperso por sus propias características. La crisis afecta a todos, desde los armadores de los barcos más grandes a los más pequeños.

- ¿Qué esperan?

- Una reacción inmediata del Gobierno para evitar que siga avanzando este goteo de barcos que entran en concurso de acreedores por no poder hacer frente a sus deudas, como ya está ocurriendo en mi puerto y tantos otros. Esto no puede continuar. No podemos permitir que el precio del pescado siga bajando. Lo que hicieron los compañeros de A Coruña o Ribeira, de inspeccionar las grandes superficies y encontrar pescado descongelado vendido como fresco, pescado de fuera presentado como gallego, mal etiquetado... No se puede permitir. Ese trabajo lo tienen que hacer, y es facilísimo, los inspectores oficiales y no los pescadores, pero parece que no hay voluntad y menos ahora con este gran superministerio en que tres departamentos se fundieron en uno. Es impresentable.

- El suyo es un sector ya muy subvencionado. Desde el PSOE se aseguró que recibieron 440 millones de euros en 4 años...

- Faltan a la verdad. Primero porque aún hay tres comunidaes que no han recibido las ayudas "de minimis" [para paliar el alza del combustible] comprometidas en 2005. Segundo, ese dinero del que hablan es para créditos bonificados que tienen que pagar los armadores, no son un regalo. Además, este sector tiene la especificidad de que no puede repercutir en el precio de su producto el incremento de los costes de explotación, como el gasóleo a precios disparados. Tampoco puede aumentar la producción porque dependemos de cuotas que marcan la UE, organizaciones regionales o las Administraciones nacionales. Es fácil sacar la conclusión de cómo está un sector donde se duplican los costes mientras el precio de su producto en primera venta cae a la mitad, entre otras cosas por importaciones masivas de dudoso origen.

- Resuma sus reclamaciones

- Que nuestro pescado y marisco tenga un precio que permita mantener la actividad, control de las importaciones, fomento del consumo de producto nacional, seguro para el carburante de forma que se establezca un precio máximo para el sector y medidas fiscales que nos permitan reducir costes. Para la bajura, gasolina profesional, incremento de los coeficientes reductores para la prejubilación y que su pescado y marisco, alcance el precio que se merece por su alta calidad.