Los nueve trabajadores que componen el comité de empresa de Draka Cables permaneció encadenada durante dos horas en dos silos de almacenamiento de plástico ubicados en las instalaciones de la empresa, en la localidad pontevedresa de Mos, para pedir una "recolocación digna" de los 100 empleados de la planta, que tiene previsto cerrar este año.

En declaraciones a Europa Press, el presidente del comité, Alberto Míllara, calificó de "tomadura de pelo" la última reunión mantenida con la empresa, celebrada ayer, en la que la firma mantuvo su oferta de recolocación a través de la empresa de recursos humanos BPI.

En este sentido, Míllara consideró que esta propuesta es "una vergüenza" puesto que plantea reubicar a la plantilla en puestos por seis meses, con el 80 por ciento del salario base y en empresas ubicadas en un radio de hasta 50 kilómetros de la actual nave de Draka. Por ello, el representante de los trabajadores pidió condiciones "dignas" para los 100 trabajadores, todos ellos indefinidos, que actualmente trabajan en la planta.

Asimismo, denunció que las empresa también les planteó que, a fin de poder entregar los pedidos que tiene previstos para este año, dejar un reten de empleados en agosto, y "despedir al 60 por ciento de la plantilla en septiembre, para que queden 40 trabajando a final de año".

Ante esta situación, y ante el desconocimiento de los trabajadores sobre el plan de reindustrialización de Draka Cables en Mos, Míllara pidió que las negociaciones se realicen con la participación de los empleados, a través de reuniones con representantes del grupo y con la mediación de la Xunta.

Paro en la producción

Durante el "acto simbólico de hoy", que se celebró entre las 11.00 y las 13.00 horas, el comité de empresa, formado por los sindicatos CIG, CC.OO. y UGT, escenificó sus reivindicaciones e informó a la plantilla de los ocurrido en el encuentro de ayer. Así, durante esas dos horas, la producción quedó paralizada.

Según explicó Míllara, la movilización de hoy será "el primero" de otros actos de protesta del personal, con el objetivo de recordar a la empresa que "ni los trabajadores ni las máquinas saldrán de la nave" mientras no se les garanticen las condiciones en las que serán reubicados.

La multinacional holandesa Draka anunció el pasado 21 de abril el cierre de su planta de Mos, dedicada al cableado para la automoción, debido a la deslocalización de sus principales clientes a países de bajo coste, como los norteafricanos. A raíz de esta decisión, la firma ha venido manteniendo reuniones con los trabajadores, a fin de exponerles su propuesta de recolocación, en sectores como la automoción o incluso el naval.