Redacción / Agencias / VIGO / madrid

La constructora ACS, presidida por Florentino Pérez, arrebató al grupo gallego formado por Caixanova, Amancio Ortega y la Constructora San José el 22% de Unión Fenosa que el Banco Santander tenía a la venta. El precio acordado por ACS con el Santander por su participación en Fenosa asciende a 2.219 millones de euros, 33 euros por acción, lo que supone para el banco que preside Emilio Botín obtener unas plusvalías de 1.160 millones de euros. Por su parte, el grupo gallego había ofrecido en torno a 30 euros por acción, lo que hubiera supuesto para el Santander 210 millones de euros menos de ingresos.

El precio pagado por ACS supone una prima del 24,3% sobre la cotización actual de la eléctrica (26,55 euros), que permaneció todo el día suspendida de negociación al igual que la constructora.

La sorpresiva operación de Florentino Pérez -ya que ACS no figuraba en un principio entre las compañías que negociaban con Botín- ha impedido que empresas y entidades financieras gallegas alcanzasen el control de la eléctrica, ya que se harían casi con el 40% de las acciones.

Cambio de presidente

Uno de los primeros efectos de la compra anunciada ayer será la inmediata dimisión de los representantes del Santander (4) en el Consejo de Administración de Unión Fenosa, entre los que se incluye el propio presidente de la eléctrica, Antonio Basagoiti, también consejero del Santander.

Esos cuatro puestos serán, previsiblemente, ocupados por representantes de ACS, que tomará así el control de la tercera eléctrica española, por detrás de Endesa e Iberdrola.

La compra de ACS se produce en un momento en el que el sector eléctrico está especialmente activo, con la OPA lanzada por Gas Natural sobre Endesa, por los problemas en el seno de Unesa -la patronal del sector- y por los rumores sobre la posibilidad de que algunas compañías extranjeras quieran entrar en el sector energético español.

La decisión del Santander de vender su participación en Unión Fenosa -una posibilidad que el banco nunca había negado- supone continuar con la política de desinversiones en empresas que el banco presidido por Emilio Botín inició hace unos años con el objetivo de cambiarlas por participaciones en entidades financieras.

Esta es la segunda vez que ACS cuenta con el banco para conseguir sus objetivos: en 2002 le compró su 23,5% en su homóloga Dragados y pudo culminar su fusión con ella. Con esta operación, el grupo presidido por Emilio Botín espera obtener unas plusvalías de alrededor de 1.160 millones de euros.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Paideia y una de las principales accionistas del Grupo Inditex, Rosalía Mera, ex esposa de Amancio Ortega, negó que hubiese pujado por la participación del Banco Santander y atribuyó las informaciones que la relacionaron con esta operación a "un deseo de no sé quién de fomentar las rivalidades y las confrontaciones".

"Yo no compito", insistió Rosalía Mera, quien explicó que "la línea" de inversión a la que se dedica su compañía "es la correcta, a veces separados o alejados de ciertos grupos que no son exactamente los nuestros". No obstante, aclaró que esta frase "no es para devaluar a nadie", sino para "reafirmar" sus objetivos empresariales.

"Tenemos clara nuestra línea de inversión, nosotros no estamos pujando por nada y no porque no sea interesante", abundó la copropietaria de Inditex.