La celulitis es un trastorno muy frecuente cuyas principales causas son el aumento por congestión de las células grasas subdérmicas; la disminución del colágeno y las fibras de elastina en la piel; y la disminución del riego sanguíneo, que produce una entrada insuficiente de nutrientes y dificulta la salida de productos de desecho.

En la actualidad, uno de los tratamientos más efectivos para reducirla de manera visible son las ondas de choque, una técnica médica utilizada por primera vez en 1980 para la destrucción de cálculos renales, que ahora amplía su campo de actuación a la estética para reducir la piel de naranja, aumentar la elasticidad de la piel y disminuir la apariencia de las estrías.

Las ondas de choque se introducen en el cuerpo induciendo la vibración en el tejido conectivo y corrigen los factores desencadenantes de la celulitis mediante el incremento de riego sanguíneo con crecimiento de nuevos vasos capilares y aumento del suministro de oxigeno; la remodelación del colágeno por proliferación de fibroblastos y creación de nuevas bandas de colágeno originando aumento de la firmeza y la elasticidad de la piel; y el aumento de la eliminación de residuos por el sistema linfático y vascular, que conduce a una reducción del edema y disminución de la apariencia de los hoyuelos de la piel

“El generador de ondas de choque se aplica directamente sobre la piel afectada, sobre la que previamente se ha extendido un gel conductor”, describe Sara González, propietaria de un centro de estética vigués. “La duración de las sesiones es de aproximadamente veinte minutos y se trata de una técnica indolora y no invasiva”, apostilla.

Resultados

Sus efectos más destacados son el alisamiento de la piel por disminución de la protusión de los lóbulos grasos hacia la piel debido a la pérdida de volumen de las células grasas; la mejoría de la textura de la piel, debido al aumento de la elasticidad y reafirmación de la dermis; la remodelación de colágeno por incremento de la proliferación de fibroblastos; la mejora de la circulación; y la reducción de los perímetros de las zonas tratadas por mejora en el drenaje linfático y aumento del metabolismo de la célula grasa.

Las ondas de choque están contraindicadas en embarazadas y personas con alteraciones de la coagulación o que sigan un tratamiento con anticoagulantes, así como en aquellas que portan marcapasos o sufran de arritmias cardíacas y epilepsia.

Los posibles efectos secundarios son leves: una ligera sensación dolorosa al aplicar el manípulo sobre la zona a tratar.; equimosis o hematomas; o eritema o rojez pasajera por aumento de la circulación después del tratamiento.