Las ondas de choque también son eficaces para reafirmar y estimular el colágeno facial, ya que aumenta el flujo sanguíneo, previniendo el envejecimiento, atenúando las arrugas y reparando y reafirmando los tejidos maduros o dañados..

El tratamiento, indoloro y no invasivo, aporta luminosidad y reduce la aparición de arrugas en el rostro, permitiendo tener una piel más joven, lisa y tersa.

"Se trata de una técnica apta para todo tipo de pieles, incluso las bronceadas, cuyo protocolo consta de cinco sesiones por zona de aproximadamente veinte minutos de duración. Según el estado del tejido, los resultados pueden verse al cabo de la primera sesión", afirma González.