El turismo rural en las comarcas: quedan 47 casas de las 70 que había hace dos décadas

A Estrada, que rozó la treintena, cuenta ahora con 18 | Este sector nunca tuvo mucho peso en Lalín, donde operan tres | En Rodeiro y Dozón no hay alojamientos de este tipo

Habitación de una casa rural de las comarcas.

Habitación de una casa rural de las comarcas. / | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El turismo en Galicia es uno de los sectores con un peso importante en el PIB. En los últimos años este gremio se enfrenta a unos cambios, sobre todo en lo que representa el modelo más tradicional de alojamiento. Los pisos y viviendas turísticas han emergido como una alternativa a la oferta a hoteles, hostales o pensiones que, a pesar de que disponen de más servicios más completos, ven como esta posibilidad de pernocta se implantó en buena parte de los municipios. Es más, las viviendas turísticas ofertan más plazas que todos los hoteles que operan en Deza y Tabeirós-Montes.

En los años 90 del siglo pasado se implantaron estrategias para la dinamización de las áreas rurales y fue entonces cuando las casas de labranza o casas grandes comenzaron a ser rehabilitadas como alojamientos. Fue la eclosión de un sector que en las comarcas también buscó su nicho de mercado en un territorio todavía por descubrir, incluso para parte de sus vecinos. Las casas de turismo rural en la zona, como acontece en Galicia y en la provincia, van a menos desde hace más de tres lustros. Si hace dos décadas funcionaban un total de 70 alojamientos con este tipo de autorización, en la actualidad la cifra ha caído hasta las 47. Entre todas ofertan al visitante 536 plazas, de las que 220 se encuentran en las 18 casas rurales que Turismo de Galicia tiene censadas en A Estrada.

La capital de Tabeirós fue y sigue siendo el municipio de las comarcas con mayor implantación de este tipo de negocios, en los que el cliente puede dormir en un inmueble situado en plena naturaleza, realizar actividades o disfrutar con sus parajes. Hace veinte años funcionaban en este término municipal 28 casas rurales y, por ejemplo, en 2017 la oferta de camas ascendía a casi 400. Lalín, con una configuración territorial semejante, pero más extenso que A Estrada, es un concello en el que este sector nunca tuvo mucha implantación. En estos últimos veinte años su censo máximo de casas fue de cuatro, mientras que ahora son tres, con capacidad para 36 clientes. Silleda mantuvo ocho establecimientos durante bastantes años hasta que desde el primer año de la pandemia bajó a seis, cifra que mantiene, con capacidad para 74 personas. En Vila de Cruces llegó a haber, entre 2008 y 2009, once negocios que disponían en total de 134 camas. Ahora la oferta se ciñe a 65, repartidas en seis casas. En Rodeiro hubo, entre 2004 y 2017, dos inmuebles con una veintena de plazas, pero desde entonces ya no hay ninguna. Agolada mantuvo en este período dos, con 31 camas y Dozón nunca tuvo oferta.

En Forcarei el sector creció paulatinamente, pasando de cuatro a siete casas, censo que bajó ahora a seis, que tienen capacidad para 58 clientes. En Cerdedo-Cotobade llegó a haber ocho negocios (94 plazas), mientras que las cinco actuales totalizan 55.

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