Un paseo para recordar a través del Street View

Todos los cambios, tanto buenos como malos, llevan asociados cierta carga de nostalgia, especialmente cuando se trata de la modificación o desaparición de un espacio en el que se guardan recuerdos. Por eso nos encontramos muchas veces echando la vista atrás y disfrutamos revisitando esos lugares a través de fotografías o de nuestra propia memoria.

Si la vivienda familiar es uno de los escenario más importantes y más presentes en nuestras rememoraciones, las calles de la villa o que nos vio crecer son una extensión de esta. Los establecimientos en los que solíamos comprar y que ya no están, los espacios de juego y recreación... todos estos elementos urbanos y de la vida pública nos marcan para siempre y con su desaparición se va la posibilidad de revivir esos momentos.

Durante la última década, y en concreto los tres últimos años, A Estrada ha sido objeto de muchas de estos cambios, sometiéndose a importante lavado de cara a través de actuaciones como la ampliación y remodelación de la Alameda y la Praza do Concello, o la peatonalización de la Calvo Sotelo y la Praza da Feira. Con todo, gracias a la tecnología, o para ser más precisos, a la falta de actualización de esta, todavía es posible darse un garbeo por las viejas calles del centro observando todo tal y como estaba antes de las obras.

Este viaje al pasado virtual puede realizarse con una herramienta con la que la gran mayoría de la población está familiarizada. Se trata del Street View del Google Maps, que ofrece la opción sumergirse de lleno en la cartografía local simplemente desplazando el pequeño icono de un muñeco situado en la esquina inferior derecha de la pantalla hacia la ramificación del viario que se desee visitar.

Estas representaciones virtuales de nuestro entorno está compuestas en base a millones de fotogramas que por lo general se van actualizando cada cierto tiempo, de forma que la imagen que reflejan sea lo más fiel a la realidad actual posible. No obstante, en el caso de la localidad estradense, estas instantáneas llevan años sin mudar, por lo que no se recoge en ellas los cambios que se han ido dando en el aspecto de la villa en los últimos tiempos.

De este modo, si desplazamos este icono hacia, por poner un ejemplo, la calle Justo Martínez, podemos recorrerla con el cursor a base de golpecitos en la tecla derecha del ratón que nos permitan avanzar a lo largo de ella. Nos encontramos entonces con un retrato muy diferente al actual, con las aceras todavía sin ampliar y coches estacionados a ambos lados de la calzada. A medida que nos acercamos al comienzo de la calle Iryda los vieja Alameda se va desvelando, con su firme de tierra, sus muros de piedra, su pérgola e incluso la marquesina en la que muchos adultos tomaban café a la sombra de los álamos mientras los pequeños jugaban en los viejos columpios y toboganes.

Prosiguiendo con este paseo virtual por el centro estradense llegamos a la intersección entre la Iryda y la Castelao y giramos a la izquierda, dirección Praza da Feira. Al encontrarnos con el cruce que conecta con la Calvo Sotelo lo primero que nos llama la atención es que no está peatonalizado. Todavía pueden observarse vehículos transitando la conocida como milla de oro, pero además pueden verse operativos negocios que hace años que echaron el cierre, como el negocio textil Modas París, que según el Street View todavía se ubicaría en el número 54 de esta calle. También se muestran operativos Almacenes Casagrande, Bernabé (ahora en la Justo Martínez) o O Zapatazo.

El tiempo no solo se detuvo en la Calvo Sotelo, sino que si retrocedemos y emprendemos rumbo a la Praza da Feira nos encontramos con asfalto en lugar de arena compactada y vehículos estacionados donde ahora hay plataneros y bancos, además de el emblemático letrero de Casa Herminio. Finalmente, otra de las estampas que continúa congelada en el pasado es la de la Praza da Feira, con su antigua piedra y el gran macetero circular situado frente a la casa consistorial.

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