Luis Santamaría del Río | Teólogo experto en sectas

“La secta lo primero que hace y consigue es aislar a la persona del ámbito familiar”

“Encontramos realidades dentro de la Iglesia que tienen comportamientos sectarios”

Luis Santamaría inició ayer un ciclo de conferencia en el Santuario de O Corpiño.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Luis Santamaría inició ayer un ciclo de conferencia en el Santuario de O Corpiño. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ángel graña

Ficha personal

Nació en Zamora en 1982. Se licenció en teología por la Universidad Pontificia de Salamanca en 2007. También es Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad de Olavide, la Universidad Carlos III de Madrid y la Universidad de La Laguna, además de experto en Comunicación Social por la Universidad Pontificia de Salamanca.

Fue delegado diocesano de Medios de Comunicación Social en la Diócesis de Zamora entre 2009 y 2018.

El Santuario de O Corpiño inició ayer un ciclo de conferencias con la espiritualidades alternativas como nexo de unión, que tienen lugar después de la eucaristía de las 18.00 horas. Durante tres jornadas el teólogo y experto en sectas, Luis Santamaría del Río, abordará asuntos como la realidad de las sectas, el desafío de la Nueva Era o los riesgos de la meditación y las terapias.

–¿Conocía el santuario mariano de Santa Baia de Losón?

–He estado de visita sólo una vez pero no en ninguna celebración ni nada. Fue una visita con un momento de oración y nada más acompañado por la familia.

–Me sorprende que todavía haya jóvenes que piquen con el señuelo de las sectas.

–No es sólo los jóvenes. Cada vez hay más gente de mediana edad, mayor y muy mayor que caen en las redes sobre todo de lo que es la Nueva Era, que se presenta con esos señuelos del bienestar, del crecimiento personal y todo estas cosas. Este fenómeno no va por las vías de la racionalidad, entonces sería muy difícil que con una mínima formación y sentido crítico se tragaran estos carros y carretas. Va por la vía emocional y las sectas en general, y el mundo del esoterismo y de las terapias alternativas y todas estas cosas, van por lo irracional.

–¿Se puede salir indemne de una experiencia sectaria?

–Se puede salir por completo. Conozco a muchos exadeptos que han conseguido romper del todo con la secta. Otra cosa es que sea posible la recuperación completa. Para muchos exadeptos la pertenencia a la secta o el seguimiento de un gurú ha sido algo traumático y que les ha marcado de por vida. Necesitan años de tratamiento para recuperar y restaurar su personalidad anterior. De alguna u otra manera quedan tocados. Incluso hay personas que después de haber abandonado una secta en ocasiones con el apoyo profesional de un psicólogo han vuelto a recaer. Hay ahí unos factores personales o ambientales que no han logrado mejorar o solucionarse. Podíamos compararlo con cualquier adicción a sustancias estupefacientes.

–¿Qué papel debe jugar la familia en todo ese proceso?

–La familia es fundamental porque es el ámbito de identidad, de socialización, de pertenencia y de afectos también. Por eso la secta lo primero que hace es intentar, y lo consigue, aislar a la persona de la familia para poder manipularla mejor. Tras esa ruptura con la familia cuando el exadepto tiene que volver a una vida normal, cuesta mucho por el sentimiento de culpa por todos los desprecios o todo el daño que se pueda haber hecho a sus allegados. Ahí tiene que estar la familia para apoyar, acompañar, no juzgar y ayudar a recuperar a la persona. De hecho, la mayor parte de ayuda que recibimos las asociaciones o los investigadores suelen ser de familias que quieren hacer algo para recuperar a la persona.

–¿Considera sectas el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, los mormones o los Testigos de Jehová?

–Considero que una secta es un grupo autónomo. Por ejemplo, a los mormones y a los Testigos de Jehová sí los consideró unas sectas. No podemos denominar sectario a un grupo que está dentro de la Iglesia pero sí que encontramos realidades dentro del catolicismo que tienen comportamientos sectarios. Es un tema que debe afrontar la Iglesia igual que ha hecho con los casos de abusos sexuales a menores. El Papa Francisco cuando habla de la pederastia dentro de la Iglesia los vincula a los abusos de poder y de conciencia, que siempre van unidos. Por lo tanto, hablamos de actitudes meramente sectarias.

“Separar técnica y doctrina es difícil en el yoga”

–Como sabe el Corpiño durante mucho tiempo fue conocido por la presencia de supuestos endemoniados en busca de una curación espiritual. ¿Qué opinión le merece este fenómeno que trasciendo lo religioso?

–A ver, se trata de un fenómeno complejo que con pocas palabras es difícil valorarlo. Pero lo cierto es que hablamos ahora de la Nueva Era y de la difusión del esoterismo, pero siempre ha habido en la sociedad en cualquier época y con cualquier formación un auge del pensamiento mágico y de la superstición. Eso a veces se mezcla con la religión y hay que discernir ahí mucho. La Iglesia ahí es muy cuidadosa también con el Ministerio de Exorcismos en distinguir lo que pueda tener causas naturales, lo que puedan ser cosas con explicación psicológica o psiquiátrica y cuando puede haber una cierta acción extraordinaria del demonio. No hay que olvidar que desde la fe cristiana se cree que existe el demonio y que en ciertas ocasiones puede llegar a hacer fenómenos de dejación, obsesión y hasta posesión diabólica. Yo creo que en estos casos es importante la formación, distinguir las cosas y tener en cuenta sobre todo los conocimientos que tenemos sobre todo de la salud mental para no atribuir al demonio o a cuestiones sobrenaturales cosas que son muy naturales y terrenas.

–En una de sus charlas hablará de los riesgos del yoga. ¿Cuáles son concretamente?

–El yoga, que procede del hinduismo, y el mindfulnes, que viene del budismo, y que ahora está cobrando una popularidad creciente, se trata de prácticas que tienen unas raíces espirituales y parten de la cosmovisión oriental. No está exenta de riesgo la práctica de estas técnicas orientales porque en ocasiones no se hace la secularización de la práctica para que pueda llevarla a cabo cualquier persona sea o no creyente. Por mi experiencia veo que es difícil separar la técnica de la doctrina que está detrás de estas prácticas. Muchas veces se convierte en catequesis oriental.

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