El parque por donde nunca pasa nadie

Diez años después de su inauguración, la zona verde creada junto al Estadio Municipal de A Estrada languidece sin lograr atraer vecinos

Acceso de entrada al parque
exterior.  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Acceso de entrada al parque exterior. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Corría el mes de agosto del año 2014 cuando A Estrada estrenaba un proyecto ambicioso, el nuevo Estadio Municipal, una instalación llamada a recoger el testigo del estadio de A Baiuca. Este nuevo campo se levantó en terrenos que hasta entonces pertenecían a la Academia Galega de Seguridade Pública de Galicia (Agasp). En total eran 45.000 metros cuadrados, la mayor parte dedicados al nuevo estadio. Sobraba sin embargo una importante parte de esos terrenos, que el gobierno local decidió acondicionar para crear una zona verde, bautizada como el parque exterior. Una década después de aquella inauguración por todo lo alto se puede decir que el nuevo campo de fútbol junto a la zona deportiva fue todo un éxito a nivel organizativo. Por contra, ese parque exterior no terminó de convencer a los vecinos.

Todos los bancos están en muy
 mal estado por su falta de uso. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Todos los bancos están en muy mal estado por su falta de uso. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Pero ¿cuál es el problema que aleja a la gente de esta zona verde? No es una pregunta fácil de responder. Este parque cuenta con todo lo necesario para ser un interesante punto de ocio para los estradenses. Tiene bancos, hierba bastante cuidada a pesar de su poco uso, está cerca de la zona deportiva y educacional, árboles que proporcionan sombra, viales por los que poder andar en bici, farolas... y sin embargo es muy raro ver a gente utilizarlo.

Se podría señalar como un punto en contra su ubicación, alejada del casco urbano. Sin embargo, este argumento pierde fuerza si se tiene en cuenta que a muy poca distancia está la carballeira, que sin embargo sí es muy utilizada por los vecinos para pasar el rato, hacer ejercicio o pasear a sus perros.

Escaleras inutilizadas  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Escaleras inutilizadas | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Otro punto en su contra podría ser su desnivel. Estos terrenos que quedaron sin una función salvan un importante desnivel. En el caso del campo de fútbol o ahora con la nueva pista de atletismo, esta cuesta se eliminó con movimientos de tierra pero en el caso del parque se dejó, apostando por una estructura en varios niveles. Es evidente que se trata de algo incómodo para los posibles usuarios –especialmente a la hora de hacer deporte– pero nada que justifique su abandono casi total.

Otra de las cuestiones que se le critica a este parque es su superficie. La hierba que puebla la mayor parte de estos terrenos muestra un gran aspecto desde lejos pero más de cerca uno se da cuenta de que en muchas zonas esa hierba esconde tojos que impiden sentarse en el suelo.

Una farola aguarda por su
retirada.  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Una farola aguarda por su retirada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Todos estos factores no terminan de dar una respuesta a la pregunta inicial o puede que, todos juntos arrojen algo de luz. Lo que sí es evidente es que el abandono no está sentando nada bien a este parque exterior. En estos momentos esta zona verde presenta carencias y falta de cuidado. Así, la mayor parte de sus farolas están derribadas y algunas incluso fueron arrancadas y tiradas en otros puntos. Todos los bancos se podrían calificar como inutilizables por la falta de uso y hay zonas por las que es casi imposible pasar por la vegetación. Hay además ramas de árboles que cayeron y no fueron retiradas y mobiliario que fue sustituido y que sigue tirados en la zona. Esta situación es sin duda la sentencia final para un parque que sin duda merecía mejor suerte pero que nunca tuvo el atractivo suficiente para los vecinos.

Farolas y árboles tirados.  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Farolas y árboles tirados. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Mirando hacia el futuro, puede que el ambicioso proyecto imaginado por el gobierno local de hacerse con la importante bolsa de terreno que hay entre la avenida de la Cultura y la avenida de Pontevedra para su desarrollo como zona de esparcimiento sea un punto a su favor, aunque no parece sencillo. Más factible podría ser su cambio de uso como parque canino o incluso dotarlo de columpios atractivos como tirolinas. Y ustedes, ¿qué harían con este parque?

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