Lalín, Silleda, Cruces y Agolada son los únicos concellos que ganan vecinos en el último año

La revisión de los padrones municipales sitúa a las comarcas con 68.725 habitantes, siete más que en 2022 | Hace una década residían en los nueve ayuntamientos 4.600 personas más | Rodeiro es el que más sufre

El saldo vegetativo es una de las amenazas para la demografía de las comarcas. |   // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El saldo vegetativo es una de las amenazas para la demografía de las comarcas. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / alfonso loño

Los gobiernos municipales son los primeros que conocen la realidad social de sus territorios, no obstante, hay una fecha que figura en la agenda de todos: los datos oficiales de población, que se conocen siempre en los últimos días de cada año y tienen vigencia para el siguiente. Las corporaciones locales remiten periódicamente los registros de sus padrones, que luego son depurados por el Instituto Nacional de Estadística, números que acaban de ser divulgados por el INE después de sus “revisiones de los padrones municipales” y por tanto son los oficiales. Semanas atrás el mismo organismo difundió otros que, si bien son semejantes en casos a estos, en algunos ayuntamientos sí difieren.

Según estos censos, los nueve ayuntamientos de Deza y Tabeirós-Montes cuentan exactamente con 68.725 vecinos, que son siete más en un año. Si comparamos estos padrones con los de 2022 [efectivos para el ejercicio que estamos a punto de despedir] solo cuatro concellos fueron capaces de ganar vecinos y todos ellos corresponden a la comarca dezana: Lalín, Silleda, Vila de Cruces y Agolada. Rodeiro es el que más sufre, al perder 57 empadronados, pero, a diferencia del último informe, todavía se mantiene por encima del vecino Agolada, aunque por solo seis personas.

En primer lugar vamos a ver la evolución de las dos cabeceras de comarca. Lalín se mantiene entre la veintena de concellos gallegos de primera categoría gracias al colchón que le proporcionan los 282 habitantes por encima de los 20.000 ciudadanos de pleno derecho. En el último, como indicamos de mediados del presente mes de diciembre, el INE situaba su población en 20.231; es decir, medio centenar menos. A Estrada, por su parte, sale ganando con esta depuración del censo y, de 20.075 empadronados pasa a 20.081, aunque esto no evita que pierda 25 residentes respecto a doce meses atrás.

Silleda, dando pasos cortos pero firmes, lleva varios años incrementando su padrón con el objetivo de alcanzar los 9.000 vecinos. Por ahora está a 124 de conseguirlo y todo gracias a haber sumado 16 durante el último curso. Vila de Cruces se mantiene por encima de los cinco millares de ciudadanos y en 2022 fue capaz de cortar una sangría demográfica iniciada hace mucho tiempo. Ahora se sitúa en 5.082 después de inscribir 19 vecinos más en un año.

Rodeiro es el que más sufre en términos porcentuales pues en doce meses cede 57 empadronados, cayendo hasta los 2.260. Agolada, por su parte, acumula varios ejercicios de ascensos modestos con los que logra poner freno a la sangría demográfica propia de un ayuntamiento del interior gallego. Sus censo marcó 2.254 residentes, que son dos más. Mención especial merece Dozón, que lleva al menos una década superando el millar de vecinos por un puñado de actas de empadronamiento, ahora con 1.017, que son 11 menos en un año. Forcarei recorta 8 vecinos y mantiene 3.186 y Cerdedo-Cotobade pierde una decena, quedando en 5.687.

Hace solo diez años residían en las comarcas 4.632 personas más que ahora y solo Lalín muestra unos registros más favorables, al ganar 234 vecinos respecto a 2013, mientras que A Estrada redujo su padrón en 1.383 personas. Silleda, aunque a la baja, su caída es de menos del 2%. Los más afectados por la regresión poblacional son Rodeiro (su censo adelgazó un 20%), Dozón (18%), Agolada (17,8), Forcarei (16,5) y Vila de Cruces (14,3).

Ni los grandes concellos se salvan

La tendencia de agrupamiento de la población en torno a las grandes urbes gallegas y sus áreas próximas es una realidad que deja al interior cada vez con menos gente. No obstante, los grandes municipios tampoco salvaron sin excepciones este año la crisis demográfica y de los 23, una docena perdieron habitantes. Son: Pontevedra, Cangas, Redondela, A Estrada, Ames, Arteixo, Cambre, Ferrol, Narón, Oleiros, Ribeira y Santiago. En consecuencia, los que fueron capaces de incrementar su número de residentes fueron: Marín, Ponteareas, O Porriño, Vigo, Vilagarcía, Lalín, Ourense, Lugo, Carballo, A Coruña y Culleredo.

Suscríbete para seguir leyendo