El “padre” estradense de Pablo Picasso

Cuando se cumplen 50 años del fallecimiento de Pablo Picasso, un documental emitido en la noche de ayer en La2 de Televisión Española (TVE) permitió ahondar en los años que el pintor malagueño pasó junto a su familia en Galicia, concretamente en la ciudad de A Coruña. La pieza muestra, además, la relación que unía a un todavía niño con su padre así como al artista con el que fue su maestro, dando juntos los primeros pasos que lo moldearían como el genio en el que terminó convirtiéndose. Acompañando a ese joven Pablo Picasso, representado por Roi Gante, está el estradense Xoque Carbajal, que encarna al padre, José Ruiz, en la historia que narra “Picasso, mi primera vez”.

Haciendo un descanso en un momento frenético de carga de trabajo –está en plena gira con “Testosterona”, una pieza que adaptó, tradujo y dirige–, Xoque Carbajal comparte una experiencia en la que reconoce haberse sentido “muy cómodo”. Fueron dos semanas de rodaje de la parte ficcionada de este documental, en el que le tocó meterse en la piel del padre de un genio; la de un pintor y profesor de Bellas Artes que decide asentarse con su familia en A Coruña con la ilusión de quien va en busca de un éxito profesional como artista que no consigue encontrar en su tierra natal y que acabará descubriendo en su propio hijo.

“Están cuatro o cinco años aquí en A Coruña y el documental cuenta ese período, que es el menos conocido de Picasso, cuando él verdaderamente empieza a pintar. Entre los alumnos que tiene el padre aquí está su hijo”, narra Carbajal. Añade que es también en A Coruña cuando José Ruiz Blasco decide dejar de pintar. Su vida social aumenta, pero sus exposiciones no tienen el éxito que sí sonríe a las que realiza su hijo. “De hecho, hay un gesto simbólico, que es cuando entrega el material de pintura a su hijo”, apunta el actor estradense.

Meterse en la piel del padre de un talento de la pintura como Pablo Picasso permitió a este actor empaparse de la relación entre padre e hijo. Encuentra en ella la admiración de Picasso hacia el que, además de padre, era su maestro. Los ojos de José Ruiz veían en él a su amado hijo, pero también descubren el talento, la grandeza de su pintura. En este sentido, Xoque Carbajal señaló la capacidad que tuvo de no transmitirle “la frustración que sentiría al ver que él no podía triunfar como artista”. “En el documental se trata de transmitir que él estaba totalmente centrado en el hijo y ese cariño y esa sorpresa al ver que es mucho mejor que él”, explica. “Se plasma en un hecho muy bonito. Se dice que el padre pintaba muchas palomas y en algún descuido el hijo le terminó pintando las patas a las palomas de uno de sus cuadros; él se da cuenta del talento de su hijo y le deja terminar su obra”.