Pardesoa: 126 años de un crimen sin resolver

El escritor Calros Solla dirigirá el 16 de diciembre un encuentro literario en el que se jugará una suerte de partida de Cluedo para lanzar hipótesis sobre el asesinato del prestamista del San Marcos

La reconstrucción de la casa en la que se cometió el crimen permitió el hallazgo de nuevos documentos escondidos.

La reconstrucción de la casa en la que se cometió el crimen permitió el hallazgo de nuevos documentos escondidos.

Ana Cela

Ana Cela

El 23 de noviembre de 1897 era un martes. El lugar de San Marcos, en la parroquia de Pardesoa (Forcarei), amanece con una noticia aterradora. La aldea se había convertido en el escenario de un asesinato. Una cuadrilla de malhechores había asaltado de madrugada una vivienda. Juan Rey Prado, un hombre de edad avanzada, yacía muerto en su cama tras recibir dos disparos y su joven esposa, Perfecta Espiña Arén, había sido violada. Así comenzaba a escribirse la historia de un crimen que todavía hoy, cuando están a punto de cumplirse 126 años de aquella noche tenebrosa, continúa sin resolver.

La historia lo tiene todo. Reúne cada uno de los ingredientes para convertirse en una estremecedora e intrincada página de la crónica negra. El cerdedense Calros Solla lo supo siempre. Sin embargo, el historiador y escritor de la tropa de Capitán Gosende tiene más apego a los ensayos. Quizás por ello escogió reconstruir la historia del crimen de Pardesoa en 2013 siguiendo el relato que dio la prensa de la época de la noche del asesinato y del posterior juicio. Son 91 textos que suponen una zambullida en las páginas de actualidad de finales del siglo XIX, dibujando para el día de hoy un retrato de la sociedad de la época, de la Galicia rural y profunda, del caciquismo y del papel que en todo ese escenario se reservaba a las mujeres.

Comienza la partida

¿Qué sucedió aquella noche? Nunca se sabrá. Cada uno puede componer su propia teoría. Esto es justamente lo que se pretende que hagan los asistentes a una quedada literaria ideada por los vecinos de San Marcos –tomando el testigo de la asociación O Can de San Roque de Soutelo– el próximo 16 de diciembre. El propio Calros Solla, autor de O crime de Pardesoa, les saldrá al encuentro para compartir una improvisada tarde ‘jugando’ al Cluedo. Sin embargo, los personajes del mítico juego de mesa tornarán por personas que un día fueron vecinas de la zona. Se anima a los participantes a acudir a la cita con la historia bien revisada para compartir sus sospechas. Quizás de todas ellas pueda extraerse la tercera edición del libro que inspiró este crimen impune.

Calros Solla ejercerá de guía para quienes se aventuren a compartir sus hipótesis sobre el crimen perpetrado en la casa de San Marcos (Pardesoa)

Calros Solla ejercerá de guía para quienes se aventuren a compartir sus hipótesis sobre el crimen perpetrado en la casa de San Marcos (Pardesoa) / Ana Cela

Si el Cluedo pide resolver tres incógnitas principales –asesino, lugar y arma del crimen– dos de ellas pudieron despejarse aquel 23 de noviembre. El asesinato se produjo en casa de Juan Rey con arma de fuego.

El lugar del crimen

La vivienda en la que habitaban Juan Rey y su mujer se describe en la prensa de la época como “una pintoresca casa de San Marcos” y también como “una pequeña fortaleza” en la que “en todas las puertas se veían sólidas cerradoras y gruesas palanquetas de hierro”. Solla explica por qué: la comprometida condición de prestamista de Juan Rey le conminó a convertir su morada en un fortín.

Además, otro dato de sumo interés es que la construcción acogía, en realidad, dos viviendas separadas por un medianil, con una puerta que comunicaba ambas propiedades. En ese hogar anexo vivían Felipe Fírvida, de 66 años y hermano de la primera mujer del prestamista, y su esposa. Acusado primeramente de colaborador necesario y después de autor del asesinato, permaneció un año y dos meses en prisión.

El asalto

Aquella noche aciaga de hace 126 años era una noche oscura en Pardesoa. La luna casi había desaparecido en el firmamento y la luz eléctrica no había llegado a San Marcos. El primer relato de lo que sucedió habló de que unos asaltantes cometieron el crimen al filo de las tres de la madrugada, iniciando su irrupción en la casa del prestamista cuando el reloj había anunciado ya la media noche. No era la primera vez que Juan Rey Prado era víctima de un robo, pero aquella noche no saldría con vida. “Hombre adinerado, dedicábase al préstamo”, transcribe Solla. “Al pie de la cama tenía también una pequeña cañonera, un machado, una escopeta Remington, una pistola y varias cajas de balas”.

El botín

El repaso de las informaciones de la época permiten al autor de O crime de Pardesoa trasladar cómo se dijo que los supuestos asaltantes se apoderaron aquella noche de todo el dinero que guardaba el prestamista y de “varios documentos importantes”. Esos documentos eran las hojas de obligaciones de crédito, el testimonio de lo que le adeudaban muchos vecinos de la zona al ya anciano prestamista. Días después esas mismas hojas aparecieron hechas trizas entre las ruinas de una casa. ¿A cuánto ascendió el botín de los supuestos asaltantes? “Mil y pico de duros en metálico y trece mil pesetas en obligaciones”, recoge el autor. Tampoco del dinero se supo jamás.

Joven viuda y sospechosa

Siguiendo los pasos de Solla en esta historia, descubrimos a Perfecta Espiña. Tenía unos 40 años menos que su marido, la víctima del asesinato. Llevaban casados año y medio cuando el prestamista la nombra heredera universal de sus bienes. Declaró que esa noche fue maniatada y salvajemente violada por los malhechores. Curiosamente, la prensa de la época la define como una mujer “afeminada”, algo que parece acentuar que era hermosa y dicen también que tenía los ojos juntos (¿acaso un agravante?).

La joven viuda relató que los asaltantes llegaron protegidos por la noche y con armas de fuego para robarles. Su cuñado, Felipe Fírvida, corrobora su testimonio. El juzgado de A Estrada instruye las diligencias y la Audiencia encomienda la investigación al teniente Francisco Melero y al comandante de la Guardia Civil Tomás Solanes. Las primeras pesquisas policiales dan un vuelco a aquella historia que había comenzado a circular. La viuda incurre en diversas contradicciones y pasa de víctima a sospechosa. La sombra de la duda se extiende también sobre Felipe Fírvida.

Los malhechores

¿Existió una cuadrilla de forajidos aquella noche? Otra pregunta sin respuesta. Solla explica que, según lo publicado en prensa, se estimó que el número de asaltantes oscilaría entre los cuatro, seis, nueve y hasta 15 individuos, que actuaron a cara descubierta. La viuda afirma en el juicio no conocer a ninguno de los que fueron detenidos y llevados ante la autoridad judicial, aunque inicialmente había declarado que reconoció a tres de los sujetos. Hubo varios detenidos, que luego quedaron en libertad o no fueron procesados.

El célebre abogado Augusto González Vesada representará a Perfecta Espiña y Felipe Fírvida. El hermano del asesinado tomará parte en el juicio como acusación particular y A finales de enero de 1898 tres de los cinco procesados por el asesinato son puestos en libertad provisional, quedando viuda y cuñado entre rejas.

El juicio

El 6 de febrero de 1899 comenzó el juicio por el crimen de Pardesoa. Perfecta Espiña se sentó en el banquillo ante el jurado encargado de dictar sentencia como acusada de asesinar a su marido. Llevaba entonces ya un año y dos meses en prisión. El fiscal, en su escrito de acusación, la consideró colaboradora necesaria. Creía que Espiña facilitó el acceso de Felipe Fírvida al cuarto en el que dormían ella y Juan Rey, acusando al cuñado de disparar dos veces sobre el prestamista, causándole la muerte.

Calros Solla llama la atención sobre las peticiones del Ministerio Fiscal. Para la presunta parricida, cadena perpetua, para el presunto homicida, en cambio, 14 años, ocho meses y un día de reclusión. El juicio solo dura dos días. El prestigioso abogado de los acusados solo interviene en una de las sesiones. Curiosamente, no se llama a testificar a las dos personas que realizaron la investigación tras aquella fatídica noche.

¿Muerte rápida o lenta agonía?

Quienes practicaron la autopsia del asesinado aseguran que recibió un disparo a la altura del corazón y otro en el trasero, que apenas le dejarían 15 minutos de vida. Añaden que la trayectoria del proyectil apunta a que el prestamista tuvo que recibir el disparo mientras estaba acostado, lo que explicaría que no hubiese sangre en el suelo pero sí en la ropa de cama. Felipe Fírvida dice, en cambio, que colocaron a la víctima malherida en la cama, que tardó hora y media en morir y que hasta le dio tiempo a despedirse de los vecinos. Otra curiosidad: el perito de la defensa compara esta lenta agonía con la que acompañó al fallecimiento de la mismísima Sissi, la emperatriz de Austria.

Además, aquellos que antes aseguraban no saber nada de una cuadrilla de malhechores durante las primeras pesquisas policiales, ahora confirman su presencia en la aldea. Lo que se daba como una condena cantada, quedó el libre absolución para los dos acusados. Un crimen más entre aquellos que quedan impunes.

Nuevos datos

Todas las hipótesis del crimen de Pardesoa continúan abiertas, 126 años después. Solla se pregunta si la intervención de una cuadrilla de asaltantes fue tal o solo una maquinación. ¿Fue Perfecta colaboradora necesaria, víctima o mártir?

Nuevos acontecimientos esperaban en la casa del crimen. En 2015, Solla conoció al nuevo propietario de la vivienda y hasta pudo ver con sus propios ojos la otrora puerta medianera que separaba las dos viviendas, ahora convertida en un armario. Las obras de restauración permitieron encontrar 34 documentos ocultos entre el material, entre ellos el testamento de la primera mujer del prestamista, en el que reconocía a su esposo y a su hermano Felipe como herederos a partes iguales de todos sus bienes.

San Marcos, Pardesoa. 16 de diciembre de 2023. La partida de Cluedo está convocada. Calros Solla ejercerá de anfitrión y su libro O crime de Pardesoa, de guía. ¿Juegas?

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