Lalín subirá el IBI urbano y recupera los tributos de construcciones y plusvalías

El grupo de gobierno de Lalín aprobará a finales de mes en pleno una “reestructuración” de impuestos y tasas municipales, que entrará en vigor el próximo año. Los más relevantes son la contribución y los tributos de construcciones y plusvalías. En el primer caso el alza se ciñe al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de naturaleza urbana, cuyo tipo impositivo pasa del 0,4 al 0,5 por ciento.

Para el ejecutivo, es momento de revisar la presión fiscal después de quince años, aunque asegura que la presión fiscal que soportarán los lalinenses continuará entre las más bajas de los concellos de primera categoría. También recupera, después de su cancelación por la pandemia sanitaria, el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) con el mismo tipo impositivo (3%). No obstante, las empresas que deseen asentarse gozarán las ventajas fiscales de los Concellos Doing Business. Las plusvalías que fueron borradas del libro de ordenanzas durante el gobierno cuatripartito “por la presión ejercida por el PP”. Además, se crearán otros impuestos, pero que no repercutirán directamente en el bolsillo de los ciudadanos, pues serán específicos sobre todo para empresas prestadoras de servicios. También se volverá a cobrar a la hostelería por la instalación de terrazas.

Los ediles del ejecutivo Avelino Souto y Pablo Areán ejemplificaron en casos el impacto que tendrán estos cambios. En lo que respecta a la contribución de los bienes residenciales, Souto indicó que existen unos 12.000 recibos con importes medios anuales de 173 euros, que pasarían a ser 208; es decir, un alza de 35 euros al año. Las licencias de obras tributarán al 3% del presupuesto de ejecución (el mismo que antes de su supresión temporal) y la instalación de terrazas y toldos mantiene su modelo impositivo, pero con la salvedad de que para el cómputo se tomará como referencia los metros cuadrados de espacio público ocupados o si están o o cubiertas.

El denominado técnicamente Impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana (IIVTNU) [conocidas popularmente como plusvalías] se recuperan y penalizarán las transacciones inmobiliarias después de haberlas dejado sin efecto el cuatripartito en 2015, aunque los ediles recordaron que esta medida se logró gracias a que el PP hizo valer su mayoría plenaria.

El de vehículos sigue igual

Las tasas que pagan los bancos por sus cajeros con fachada a la calle pasa de 450 a 600 euros anuales y por los interiores satisfarán 300 euros. La expedición de documentos por procedimientos administrativos o servicios introduce una rebaja y se ajustará la relativa a los permisos de primera ocupación en función de la superficie del proyecto.

Souto recordó que a pesar de que el impuesto de vehículos está entre los más bajos de Galicia no se tocará, como tampoco sucederá con el de actividades económicas.

Medidas “para mantener servicios y actividades”

El portavoz del grupo de gobierno dedicó los primeros minutos de su comparecencia de ayer a justificar las medidas que anunciaría poco después, mientras que Areán asumió un perfil menos político y más técnico. Avelino Souto indicó en primer lugar que algunos de los tributos o tasas que se dejaron sin efecto el anterior mandato tenían una justificación: la pandemia sanitaria. Y, al mismo tiempo, aseguró que con la subida tributaria Lalín se mantendrá entre los concellos de su categoría con la presión fiscal más baja, al tiempo que aseguró que la mayor parte de los tributos llevaban tres lustros sin cambios. En la contribución adujo que el cuatripartito pudo situar el tipo impositivo en urbana del 0,5 al 0,4 una vez superado el forzado plan estatal de estabilidad, pero lo situó en el 0,46. Pero la justificación quizá más honesta llegó cuando aseguró que el gobierno debe apelar a la responsabilidad y mantener un nivel de ingresos que permitan prestar servicios y actividades como los que tiene este ayuntamiento. Y, también, porque las arcas municipales tienen que ser solventes para poder cofinanciar proyectos europeos que suponen grandes inversiones, entre ellos la Gran Praza. De las 36 ordenanzas que figuran en el libro municipal, aseguró, una treintena no sufrirá modificaciones. “Llegó el momento de reajustar las ordenanzas después de más de diez años y retomar algunos impuestos y tasas”, manifestó Souto. A su juicio, el IBI es el tributo más justo pues penaliza la propiedad, si bien hizo la siguiente reflexión sobre el alza impositiva: “hay gente que lo comprenderá y otra que no”. Lo que sorprendió fue la recuperación de las plusvalías después de ocho años. Todas estas modificaciones se llevarán a pleno el día 27 para que entren en vigor el próximo año, que será cuando los ciudadanos lo perciban en sus recibos.

Tasa por intervención en emergencias

Pablo Areán explicó que se aprovechará la modificación de las ordenanzas fiscales para introducir una por instalación de tendidos o canalizaciones pensada para empresas energéticas,” que ya cobran muchos concellos”, dijo. Además, los vecinos que hagan uso de algunos servicios de ocio como aulas de musicoterapia y otras asumirán un copago y por oficiar bodas se cobrarán 100 euros a parejas empadronadas o no. Otra de las tasas de nueva creación está relacionada con la prestación de servicios del grupo municipal de emergencias, actuación que ya penalizaban muchos ayuntamientos pero no Lalín. Pablo Areán comentó que, en esencia, se trata de que las empresas aseguradoras paguen por la intervención de los profesionales municipales en casos de accidentes o en siniestros de viviendas u otros inmuebles. Otra de las de nueva creación tiene que ver con la emisión de informes policiales de atestados para las compañías aseguradoras de vehículos.